DANZA › INVITACIONES REMOTAS, UNA ATIPICA EXPERIENCIA DE CREACION COMPARTIDA
Virginia Barcelona, Elina Rodríguez y Carolina Tironi armaron una cadena en la que cada artista a distancia tomaba el último fotograma y agregaba lo suyo. Hoy se verá en el Club Matienzo.
› Por Carolina Prieto
¿Cómo correr a la danza de los circuitos tradicionales? ¿Cómo generar una investigación con bailarines de otras latitudes sin elevar los costos? ¿Cómo generar un encuentro con lo lejano? Estas ideas estuvieron en el origen de Invitaciones remotas, proyecto ideado por las bailarinas, docentes y gestoras Virginia Barcelona, Elina Rodríguez y Carolina Tironi, que se podrá conocer hoy y el viernes 13 a las 20 en Club Cultural Matienzo (Pringles 1249) y seguirá durante el mes en espacios particulares. Dos funciones en una sala y luego a girar por casas.
Todo comenzó por 2013, cuando Rodríguez se cuestionó la posibilidad de generar un proyecto con personas remotas, “establecer un diálogo con colegas que no tengo cerca ni pertenecen a una institución ni a un ámbito próximo”, cuenta a Página/12. Y agrega: “Para mí, la danza es movimiento, desplazamiento. Me interesa descontextualizar y re-contextualizar. Suelo trabajar en proyectos de arte contemporáneo en zonas rurales y, esta vez, quería trabajar en un contexto urbano pero no en una sala ni una galería”. Así contactó a dos artistas con quienes había coincidido en algún proyecto y tenía afinidad, Tironi y Barcelona (esta última uruguaya) y armaron una cadena de trabajo. Ese fue el puntapié inicial del cadáver exquisito. “Ideamos un procedimiento de creación de piezas de danza breves, acciones filmadas, dando pautas concretas. Cada una mandó la invitación por mail a algún bailarín remoto y si aceptaba, le mandamos el último fotograma del video hecho en Buenos Aires”, explica Rodríguez. A partir de esa imagen, el artista debía tomar la posta, generar uno propio y a su vez mandar su último fotograma a otro colega de algún lugar del planeta. Las cadenas de videos son tres (cada una originada por una de las tres artistas locales), y cada una consiste en cuatro videos, o sea que el proyecto reúne doce obras breves de creadores de ciudades como Buenos Aires (Argentina), Brest (Francia), Oslo (Noruega), París (Francia), Baubais (suburbios de la capital francesa), Casablanca (Marruecos), Cartago (Túnez), Córcega (Francia), Tel Aviv (Israel) y Brookline (Massachusetts, Estados Unidos).
“La idea era conectar a alguien cuya obra conocías tal vez por la web, o con quien trabajaste alguna vez y no imaginabas que el encuentro podría volver a darse. Y que esa persona conectara a otra persona remota y así la cadena”, advierte Tironi. Las pautas que dieron por mail fueron claras: filmar una acción en un contexto urbano que no sea un contexto artístico tradicional (es decir, no un espacio de arte), tomar la pregunta de cómo un cuerpo se integra a ese contexto y darle continuidad al video-frame o fotograma recibido. Una vez que todo el material llegó a Buenos Aires, se realizó una mínima edición. Las creadoras aseguran que no es una obra de video-danza: “No son piezas cortas de video-danza hilvanadas, pensadas para la cámara; el video fue el medio para poner en relación a los integrantes del proyecto”. Es más, las proyecciones de los tres cadáveres exquisitos danzados se proyectarán en una suerte de conferencia performática en la que ellas tres intervienen, conducen y hasta invitarán al público a participar. La intención es exponer el proceso de creación de este proyecto multicultural, en una puesta en escena que incluye los textos que usaron en el proyecto, los mails con los artistas involucrados y una instalación plástica (un mapa creado por una artista también remota, que vive en Brasil, que vincula los contextos de trabajo de los doce bailarines del proyecto).
“Nosotras venimos de la danza y el cuerpo nos reúne. Esta conferencia toma cuerpo y nosotras estamos en movimiento todo el tiempo”, aclara Barcelona. Las ideas que trabajaron en los videos serán expuestas frente a la audiencia con posibilidad de que ésta la resignifique y haga sus aportes in situ, manteniendo cierta vulnerabilidad propia de lo imprevisto. Tras las funciones en Matienzo, el proyecto seguirá en otras locaciones. Los días 20, 21 y 28 de mayo a las 22 se realizará en espacios privados. Los interesados en participar pueden escribir a [email protected] para pedir la dirección. La pregunta está hecha: de qué maneras lo remoto, lo que resulta afín y el azar pueden provocar encuentros.
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