Debajo del sombrero de frutas más famoso de la historia del cine se escondía una pequeña mujer mucho más frágil de lo que sus canciones y bailes reflejaban: Carmen Miranda, la brasileña más universal, que sin embargo nació en Portugal un 9 de febrero de hace cien años. En Brasil se le rinde hoy homenaje a esta mujer que conquistó Hollywood desde el mismo momento en que llegó al puerto de Nueva York. Una Carmen Miranda que se casó con el único hombre que le pidió matrimonio, que luchó contra su familia para llegar a ser artista y que sufrió de una terrible dependencia de los fármacos; oscuras facetas de la personalidad de quien murió joven (tenía sólo 46 años) y se convirtió rápidamente en leyenda.