La noticia desató un revuelo en Francia: Astérix y Obélix, verdaderos emblemas de la independencia nacional, cayeron en las redes de la globalización y de la cultura imperialista. McDonald’s los contrató para una de sus promociones, y hace días imágenes del famoso guerrero y su compañero de aventuras, tentados por una hamburguesa con papas fritas, empapelaron la ciudad. La furia llegó a los diarios: “Ketchup en la barba de Astérix”, tituló Le Figaro. Los críticos se preguntan si el gran rebelde abandonó su postura combativa para siempre... Y es que en el pasado, Astérix y Obélix solo se dejaban seducir por el jabalí y las especialidades culinarias de Lutecia, como se llamaba a París en la época de los romanos.