En un nuevo capítulo de su tensa relación con la Justicia, George Michael admitió a un tribunal londinense que manejaba bajo efecto de drogas cuando se estrelló contra un local. Ocurrido el incidente, se le habían encontrado cigarrillos de marihuana, por lo que un juez le había quitado su licencia de conducir. Pero la pena definitiva, que se conocerá el 14 de septiembre, podría ser la cárcel. No es la primera vez que Michael afronta una causa de este tipo: hace tres años también se le retiró el permiso para manejar, porque había bloqueado un cruce al encontrarse bajo el efecto de medicamentos. Y sus encuentros con la Justicia trascienden los asuntos de tránsito: el caso más conocido que lo llevó a tribunales fue un escándalo sexual en un baño público.