Joan Manuel Serrat es uno de esos artistas que tienen la sencillez de los grandes. El cantautor español se hizo un tiempo entre las presentaciones de su último disco, Hijo de la luz y de la sombra, para regalarles un concierto a los niños y niñas de todo el país internados en el Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan. La introducción de “Cantares” no pudo contener la emoción de familiares y cientos de pequeños que escucharon los siete clásicos elegidos por Serrat. El momento de mayor sensibilidad se vivió cuando el teclado del maestro Ricard Miralles comenzó con los acordes de “Esos locos bajitos”. Antes del final, los niños comenzaron a pedir “otra” y el Nano respondió: “Es imposible resistirse al pedido del mejor público del mundo”.