INTERNET › VíCTOR WOLF Y EL SITIO ZONA LIBERADA
Ante un panorama de menos espacios para el material cómico, Wolf y Hugo Fili decidieron explotar un medio versátil, en el que abunda un público deseoso de largar la carcajada.
› Por Andrés Valenzuela
“Karina Jelinek visita Jardín Botánico y le tira galletitas a las plantas”, reza un titular, sólo para dar paso a un reportaje al inventor de las medialunas para zurdos, que será seguido por la crítica de un parto. Es Zona Liberada (www.zonaliberada.net), un portal dedicado al humor creado por Hugo Fili y Víctor Wolf, reconocido humorista gráfico, guionista de TV e integrante del staff de SátiraI12 desde hace 19 años. “Lo importante es la sorpresa”, explica Wolf sobre el sitio en el que confían presentar un humor que no sea como nada que se puede ver en los medios. “Si nos queda algo parecido a otra cosa, no tenemos problemas en hacerlo de vuelta”, señala sobre el espacio en que conviven titulares graciosos, humor gráfico, sketches en video y textos paródicos por igual.
“Empezamos esto en Internet porque en otros medios ya no se apuesta al humor”, cuenta el humorista, y traza un panorama en que la decadencia de las revistas barrió con las propuestas de humor y el costo de producción alejó al género de la televisión. “Se cortó esa racha de publicaciones dedicadas al humor en Argentina, desde El Mosquito o Caras y Caretas hasta Rico Tipo, Patoruzú, Tía Vicenta o Humor”, analiza. “Hoy tenés revistas de mascotas, ¡hay siete de bebés y futuras mamás!, pero salen porque saben que se las venden a una marca que la banca con publicidad, aunque vendan 800 ejemplares.” La mítica Humor, recuerda, llegó a tener un centenar de empleados en un edificio de cuatro pisos, sin contar a los colaboradores. “Pero hoy no podés sostener eso, todo se hace con unos pocos colaboradores que mandan por mail, nadie quiere apostar a un proyecto grande”, analiza, y ve un proceso similar en la tele: “Ahí está (Diego) Capusotto nada más, pero es sólo un actor y con un buen guionista”.
El objetivo, entonces, es que el portal sea generador de nuevos espacios, siempre desde la convicción de que el humor es una vía que todavía interesa a la gente. Aunque es cauto y le gustaría que el proyecto se plasmara en el papel o en un ciclo en la pantalla chica, Wolf le ve potencial al mismo portal. “Hay que pensar que se ve más que cualquier revista, hay muchos visitantes porque en Internet la gente busca joda”, dice. “Cuando uno termina de trabajar, ¿qué hace? Se tira a ver tele y despejarse un poco, como antes se compraba una revista de humor”, compara, y asegura que los soportes digitales pueden cumplir ese papel para mucha gente. En ese sentido, los videos son fundamentales. “En Internet hay tantos caminos que con el chiste gráfico nada más nos hubiéramos quedado cortos”, explica. “Teniendo la maravilla de YouTube, ¿por qué no aprovecharlo?” Ahí aparecen “notas” en joda y situaciones desopilantes. Entre muchas otras, un encuentro entre compañeritos de la nursery o la heladería más rápida del mundo, que tiene un solo gusto de helado (crema rusa) y está ajustando la telepatía para tener el cucurucho listo una vez que el cliente salga de su casa.
Los sketches son un recurso para eludir la burocracia televisiva. “Estuve quince años trabajando para casi todos los capocómicos y también en algunos programas olvidables”, recuerda Wolf. “De la torta publicitaria el 80 por ciento se la lleva el capocómico, un poquito del resto los actores y lo que sobra se reparte entre la producción.” Eso significa sueldos irrisorios para los guionistas. El humorista compara la situación con EE.UU., donde las sitcoms tienen equipos de seis o siete escritores. “Apuestan al guión porque vos no podés mandar la primera idea que se te ocurre a las dos de la mañana, tenés que tener varias, elegirlas y confiar en la conjunción de ideas de varias personas.” “Un video que a nosotros nos sale muy barato de hacer, en TV nos saldría 20.000 pesos”, compara. La plata se va en detalles y en productores. “Te ponen un equipo de cinco productores que trabajan de decidir si algo tiene que ser verde o marrón o de qué tenés que escribir. ¡Si viene el carnaval, yo no necesito que me digan que escriba de eso, ya lo sé!”
Muchos colegas se engancharon con el proyecto de Fili y Wolf. Ahí está Martín Pugliese (que se destaca en las mañanas de Canal 7), el director Maxi Ricciardi, José María Carrizo, Christian Alonso (que ofrece los cortos animados) y los imitadores/doblajistas Rolo Villar y Ariel Tarico. Además, en los videos participan (y piden participar) muchos standaperos: Martín Rocco, Diego Wainstein, Federico Simonetti y Sergio Lumbardini.
El capital humano y el trabajo invertido por cada colaborador es central para el proyecto. Por eso en Zona Liberada prefieren esforzarse en un producto de calidad en vez de gastar plata en un ejército de productores. “Si usamos una panadería, buscamos una, no un decorado; si queremos una heladería, buscamos una, la pedimos, explicamos para qué es, porque queremos que sea verdadero, no queremos poner a un tipo con peluca, o mal disfrazado, o una chica para reírnos de sus pechos. Ya lo hicieron mil veces y no nos causa gracia. Hay que buscar otros caminos.”
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