Lun 17.01.2011
espectaculos

CULTURA › PRESENTACIóN DE LA OBRA TEATRAL UNA TARDE CON ROBERTO ARLT EN FLORES

El escritor rodeado por sus fantasmas

Por un rato, las calles del barrio porteño se retrotrajeron a comienzos del siglo XX para recrear la vida y la obra del autor de Los Siete Locos. La propuesta, enmarcada en el programa La historia en su lugar, tuvo la particularidad de usar el espacio público como escenario.

En la esquina de Yerbal y Caracas, apoyado en la pared con una indiscutible pose tanguera, se encuentra un hombre que supo caminar y enamorarse de esas calles. Un hijo de inmigrantes, un estudiante rebelde, que usó su pluma para contar con crudeza y sarcasmo las desigualdades que sufrían sus pares. Ese hombre es Roberto Arlt, un escritor criticado por su estilo poco académico pero que dejó un legado que hoy tiene un lugar fundamental en la cultura argentina. Esos aspectos son los que se ponen en evidencia en la obra teatral Una tarde con Roberto Arlt en Flores, una puesta que se realizó el sábado y que tuvo la particularidad de usar el espacio público como escenario.

Así, las calles del barrio porteño de Flores se retrotrajeron a comienzos del siglo XX para recrear la vida y la obra del autor de Los Siete Locos: desde su faceta periodística hasta sus primeros pasos en la literatura. “¿Este es el lugar de la obra?”, preguntó un hombre de unos cincuenta años a un pibe. “Sí, ya está por empezar”, respondió. De a poco, la vereda quedó chica: casi cien vecinos se hicieron presentes, en su mayoría adultos orgullosos de haber transitado por los mismos espacios que inspiraron a Arlt. La obra se enmarca en el programa La historia en su lugar, impulsado por el Ente Turismo del Ministerio de Cultura porteño, y que tiene como objetivo dar a conocer los rincones históricos y referentes culturales de la ciudad de una “manera entretenida y diferente”.

La propuesta teatral propone un viaje entre la realidad y la literatura, en busca de las huellas del periodista y escritor. Por eso, el recorrido se inicia en La Mansión de Flores, un antiguo edificio cuya arquitectura sobrevivió al siglo XX. Según sus vecinos, Arlt pasó parte de su infancia entre esas cuatro paredes. “Los invitamos a seguir la sombra de un hombre que respira arrabal”, propuso el presentador, caracterizado con un traje negro y peinado a la gomina. El joven Arlt (Marcelo Saltal) comienza a caminar y casi una centena de vecinos y turistas lo siguen. Al cruzar la calle Caracas, una pareja mira sorprendida la multitud y pronto se convierte en parte del público.

La nostalgia, la poesía y el humor, esas que supieron caracterizar las letras de Arlt, forman parte de la interesante puesta dirigida por María del Carmen Sánchez. “Los domingos son tediosos, solitarios”, improvisa el protagonista y se va silbando por Yerbal hasta llegar al colegio donde cursó tercer grado y donde también lo expulsaron por segunda vez por mal comportamiento. El público se acomoda sobre la entrada de la Escuela General Urquiza y se escucha un grito: “Siempre en bavia, Roberto, nunca vas a llegar a nada”, lo reta su maestra, una cuarentona con perfil de sargento. “Yo voy a ser un gran escritor”, profetiza el joven. Ella, ilusa, responde con una risotada. Y los murmullos de los vecinos espectadores se hacen oír: “No entiende nada”, dice una señora, indignada.

La escena se traslada unos metros, a la plaza de Artigas y Yerbal. Aquí tiene lugar uno de los mejores pasajes de la obra: Arlt, sentado en un banco, abre un periódico con sus crónicas policiales, las mismas que marcaron sus primeros pasos en el periodismo. Antes sobrevivió como pintor, mecánico y hasta trabajó en una fábrica de ladrillos. “No soy un escritor que escribe sentado mientras la guita de la renta me llueve. Escribo con hambre, lo hago para ganarme el puchero. Escribo mal, tengo faltas de ortografía, no tengo estilo, por lo menos eso es lo que dicen. El futuro es nuestro por prepotencia de trabajo”, “dijo” Arlt, en una de las escenas más conmovedoras. Y no fue casualidad que así lo hiciera: fue un intelectual que conoció la pobreza y convivió con la marginalidad, esa que aún persiste en su barrio natal. Las cosas parecen no haber cambiado demasiado: los extranjeros siguen sufriendo la mirada despectiva de parte de la clase media.

Luego, se sucede una escena que pone eje en la identidad del escritor: el protagonista se luce con una exquisita prosa sobre la vida en la ciudad: “Antes las personas eran más interesante, menos cínicas y creían en el amor”, se lamenta Arlt. De fondo se oyen algunos suspiros. Es que en su obra criticó con énfasis las injusticias del sistema capitalista y el crecimiento de las ciudades. Siempre con un lenguaje barrial, áspero y con elementos del lunfardo. “Sus historias se desarrollan junto a las ciudades; su prosa crece con la urbe”, interpreta el presentador e invita a los vecinos a pasar a la siguiente escena. Y aquí es donde se distingue el paisaje más crudo de la vida del autor de El juguete rabioso. Los personajes de la noche que protagonizan sus historias aparecen como fantasmas, al costado de las vías: rufianes, estafadores y prostitutas.

El ciclo de circuitos teatralizados continúa hasta el 12 de febrero, siempre de manera libre y gratuita y a las 18.30. Las huellas de Mujica Lainez en Belgrano se presentará el sábado 22 en Barrancas de Belgrano (Fuente Sucre y 11 de Septiembre). El domingo 30 tendrá lugar La trágica historia de las novias de Barracas en Plaza Colombia (Isabel la Católica entre Pinzón y Brandsen). El sábado 5 de febrero se presentará Escritores y Personajes de la Avenida de Mayo (parte I) en la Plaza de Mayo (Av. Rivadavia y Balcarce, frente al Banco Nación). Y la segunda parte de Escritores y Personajes... tendrá lugar el sábado 12 de febrero en el Hotel Castelar (Av. de Mayo 1152).

Informe: Sergio Sánchez.

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