Uno de los sectores más dinámicos de la recuperación iniciada en 2003 es el de la producción de contenidos. El primer Mercado de Industrias Culturales Argentinas (MICA), que se presentó esta semana en la Casa del Bicentenario, es una prueba de ese desarrollo. Durante el lanzamiento, el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia; el ministro de Turismo, Enrique Meyer; el subsecretario de Industria, Javier Rando, y el encargado de Comercio Exterior de la Cancillería, Carlos María Foradori, definieron los puntos centrales del evento que se concretará entre el 2 y el 5 de junio en el complejo Tribuna Plaza (Av. del Libertador 4405), con entrada libre y gratuita. El objetivo: buscar oportunidades de negocios y posicionar los productos locales en la región y el mundo.

Los funcionarios consideraron que será “un hecho inédito” en la vida económica y cultural del país. “Tampoco existe una referencia internacional que congregue a tantos ámbitos en un solo sitio”, apuntó Rodolfo Hamawi, director de Industrias Culturales y uno de los principales impulsores del MICA. En los 13.603 metros cuadrados destinados a la reunión, se concentrarán representantes de la música, las artes escénicas, el cine, las editoriales, los videojuegos y el diseño.

No es para menos. Las industrias culturales abarcan el 3,5 por ciento del PBI nacional, duplican el promedio general de crecimiento y generan alrededor de doscientos mil puestos de trabajo. De acuerdo con datos oficiales, todos los años se publican veintidós mil títulos de libros y se editan catorce millones de discos. A esto hay que sumar la exportación de formatos de televisión, un rubro en el que Argentina ocupa el quinto puesto del ranking mundial. “Queremos que el MICA genere sinergia entre estos sectores, que sea una gran vidriera, que se discutan problemas comunes y que se eche luz sobre las producciones de las provincias que no llegan a los circuitos nacionales”, planteó Hamawi. Desde la primera fila lo escuchaban Leopoldo Federico, Atilio Stampone, Teresa Parodi y El Paz Martínez, entre otras celebridades.

Según Foradori, las cifras indican que se está intentando despegar del modelo exclusivamente agroexportador. “En Cancillería vemos este paso como la sistematización de algo que se venía dando en forma anárquica. Y si hoy sabemos que la única manera de predecir el futuro es inventándolo, trataremos de que de acá en adelante los economistas sepan que no sólo somos capaces de exportar commodities y productos industriales, sino también cultura.” A continuación, Javier Rando, de la cartera de Industria, reafirmó que el MICA “no tiene parangón en otros sectores” y que “es inédito que más de 1400 representantes de aquí tengan enfrente a 200 contrapartes internacionales”, en referencia a las mesas de negocios que se han programado para junio.

Y no se trata sólo de dinero. Los expositores coincidieron en que el respaldo a las industrias culturales es clave para vitalizar la identidad colectiva. Una canción o una película que entran en el corazón del pueblo pueden darle aliento, hacerlo reflexionar o contribuir a su bienestar a través de la alegría. Con esas metas en la mira, se están uniendo esfuerzos entre las áreas de la administración pública, para ver cómo las actividades pueden potenciarse entre sí. “La coordinación ya lleva varios años. Incluyó la promoción de la Argentina en el exterior, la organización de los Carnavales de la Alegría y muchos otras iniciativas que, como el MICA, apuntan a confirmar un impulso que sigue ganando fuerza –apuntó Meyer–. Por otro lado, ¿quién puede pensar que el turismo que llega desde afuera no viene, en parte, por los bienes musicales y literarios que hemos sabido generar a lo largo de nuestra historia?”

Por la misma línea enfiló Coscia. “Somos un gobierno que trabaja en equipo, unido por un propósito trascendente”, consideró. Para el secretario de Cultura, el paso de la producción simbólica a los primeros planos es consecuencia de que se está ante una nueva etapa. “Los humanos empezamos a bailar y a cantar cuando tenemos ciertas necesidades básicas satisfechas –observó–. Ahora bien: es importante que cuando lo hagamos podamos generar una personalidad cultural, que no es sólo la posibilidad de ser uno mismo, sino que implica recrearse en el tiempo. Sólo los países que están en condiciones de gestar y cuidar sus bienes culturales pueden defender con fuerza esa identidad. Estoy seguro de que vamos hacia eso, hacia una mejora general de los indicadores. Y podemos sentarnos a discutir con los números sobre la mesa.”

Dentro de dos semanas, el MICA ofrecerá oportunidades a empresarios, productores, estudiantes y profesionales. Desde el exterior confirmaron su visita los cineastas Fernando Trueba y Peter Greenaway, a quienes acompañarán invitados de la talla de Edgard Tenembaum –productor de Diarios de motocicleta– y Tomás Cookman (de National Records, Estados Unidos). Obviamente la mirada nacional cumplirá un rol protagónico. Serán del arranque los directores de cine Luis Puenzo, Juan José Campanella y Albertina Carri; la actriz Florencia Peña; el grupo Les Luthiers y los diseñadores Martín Churba, Marcelo Senra y Vicky Otero, seguidos por una nómina de lujo. Además, diversas empresas e instituciones harán su propias apuestas: habrá operadores del Shanghai Media Group, el Festival de Cine de Tribecca, el MOMA (Museum of Modern Art), la Fundación Smithsonian, Telefe Internacional, la Productora Cuatro Cabezas y los estudios Galeno–Poggi, Sky&Sky y SimpleStudio.

Tras la conferencia, un desfile de ponchos puso en escena a cinco bailarines que sorprendieron con una fusión entre el malambo y el hip hop. El espectáculo fue un adelanto de la producción de Andrea Cervera que podrá verse en la primera jornada del MICA. Falta poco. La cuenta regresiva ya está en marcha.