CULTURA › LA PRESIDENTA INAUGURO AYER EL MUSEO DEL LIBRO
En la Biblioteca Nacional, Cristina Fernández de Kirchner destacó que no hay que sorprenderse por la participación porque “donde renace la utopía, allí, indefectiblemente, están los jóvenes”. Recordó que Perón y Evita vivieron en ese lugar.
“Tuvimos una sana terquedad”, dijo la Presidenta para resumir la década del noventa. En la inauguración del Museo del Libro y la Lengua, dependiente de la Biblioteca Nacional, Cristina Kirchner se refirió a esa obra como un símbolo de los avances de la gestión kirchnerista. En el jardín del museo, junto a funcionarios de su gobierno y al diputado Martín Sabbatella, recordó a Eva Perón y planteó la construcción del Museo como una recuperación del lugar donde vivieron Eva y Juan Perón. “Ella murió aquí”, remarcó. Además, la primera mandataria se comunicó con el gobernador neuquino, Jorge Sapag, para dialogar con los alumnos de la escuela rural número 9 en Villa Pehuenia y celebrar la primera conexión a Internet de una escuela rural.
“Una biblioteca no es sólo para guardar libros, también es un lugar para promover nuevos debates”, afirmó CFK en su discurso, en el que hiló esa característica con la función del museo. “Recuperamos –dijo– la historia del libro, de la lengua y de la palabra.” Se refirió luego a los cambios respecto de la década del noventa y vinculó esa “recuperación” con la de la identidad nacional luego de la crisis del 2001: “Vivimos en un mundo más complejo y que va a exigir cada vez más de nosotros mismos ser, precisamente, nosotros mismos”, afirmó.
En la avenida Las Heras, los autos avanzaban lento hasta la cuadra de la Biblioteca, donde un carril estaba ocupado por varias vallas que cubrían todo el perímetro de la fachada del museo. Atrás del edificio, en el jardín, jóvenes con remeras de La Cámpora hablaban entre sí, se sacaban fotos, disfrutaban el calor primaveral. Cuando llegó el auto presidencial, se dirigieron en masa a la entrada del museo y se agolparon atrás de la valla. Tres chicos y una chica que estaban trabajando en un supermercado enfrente, cruzaron corriendo la avenida Las Heras. “¡Cristina!”, la llamaron, y la Presidenta se acercó para sacarse una foto. En la puerta, la esperaban Sabbatella, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y el director de la Biblioteca, Horacio González.
La Presidenta atravesó el museo y llegó al escenario, en el jardín. Junto a ella subieron el ministro de Educación, Alberto Sileoni; el secretario de Cultura, Jorge Coscia; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. Todos se sentaron, junto a González, De Vido, y la Presidenta, a una mesa. Detrás suyo se ubicaron Sabbatella, el jefe de la Secretaría de Inteligencia Héctor “Chango” Icazuriaga, y la socióloga y ensayista que dirige el museo, María Pía López.
En su discurso, la Presidenta se refirió a la juventud: “Todo el mundo se asombra por la incorporación de los jóvenes a la política en estos últimos años. No tienen que sorprenderse; donde renace la utopía, allí, indefectiblemente, están los jóvenes”, afirmó, y enseguida llegaron los aplausos. “Esas utopías que se van cumpliendo y demandan otras, nos traen aquí, al lado de un lugar emblemático como es la Biblioteca Nacional. Aquí vivieron Perón y Evita desde 1946. Ella murió aquí”, señaló, y adelantó que en dos meses harían una actividad para recordarla.
Informe: Sol Prieto.
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