CULTURA › ESTE AÑO SE PONDRA EN MARCHA EL PROGRAMA APLAUSOS POR LA INCLUSION
Entidades de autores e intérpretes y el Ministerio de Desarrollo Social materializan este proyecto, que llevará teatro a distintos barrios del interior. Las obras que girarán en principio fueron elegidas mediante un concurso y abordan temáticas sociales.
› Por María Daniela Yaccar
“Para los actores, la palabra ‘función’ no remite solamente a la representación de una obra de teatro. Tiene otro significado: trabajar en espacios diferentes para nutrirnos y crear una corriente de pensamiento, discusión y debate”, sostuvo Jorge Marrale, secretario de la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (Sagai). Esta entidad, la Asociación Argentina de Actores (AAA), Argentores y el Ministerio de Desarrollo Social han trabajado en conjunto para poner en marcha este año el programa Aplausos por la inclusión, que tiene por objetivo llevar teatro a distintos barrios del interior del país. Las tres obras que girarán en principio fueron elegidas mediante un concurso y abordan temáticas sociales, porque se pretende encender debates luego de los espectáculos.
A comienzos de 2012, autoridades de la Subsecretaría de Responsabilidad Social de la Nación –que funciona bajo la órbita de la cartera de Alicia Kirchner– y miembros de Sagai, la AAA y Argentores comenzaron a delinear este proyecto. “Se nos ocurrió conjuntamente, en función de las necesidades del ministerio y de lo que podíamos hacer no- sotros”, deslizó Marrale. “Cuando comenzamos a pensar en las líneas de trabajo, nos pareció que lo mejor era hacer un concurso de guiones. Y el ministerio propuso las temáticas”. La recepción de trabajos comenzó en junio y finalizó en septiembre. Se presentaron 109 textos que ahondaban en la familia, el trabajo, la organización social y la igualdad de género. Los ganadores se conocieron en noviembre, en un acto en la sede de Argentores, que contó con la presencia de Alicia Kirchner. “Creemos en la inclusión social y entendemos que las políticas sociales son transversales. Por eso vamos a trabajar siempre en todo lo que comprende al desarrollo humano”, dijo entonces la funcionaria.
Las obras ganadoras fueron Los pasantes, de Andrés Binetti y Mariano Saba; Yo no sé, de Andrea Soldini, y Es más fácil matarte, de Julián Mola. El jurado estuvo integrado por representantes de todas las entidades que participan del proyecto. Hubo, además, menciones especiales para Boca de lobo, de Sonia Daniel; Prueba Proyecto Piloto, de Diego Biancotto; Damiana, una niña Aché, de Patricia Suárez y Rosana Aramburú; El familiar, de Oscar Vázquez; y Los otros somos no-sotros, de Carlos Franchimont.
“El proyecto es muy bueno”, opinó Roberto “Tito” Cossa, quien está a la cabeza de Argentores. “Los textos están seleccionados a través del concurso al que convocó Argentores el año pasado. Lo que importa ahora es su realización, que está en manos de la Asociación de Actores y de Sagai, dos entidades con suficiente pertrecho como para hacer las cosas bien. El Ministerio, al menos la ministra, se mostró entusiasmada con el proyecto y prometió todo su apoyo. La idea es acercar el teatro a sectores que no lo frecuentan y que, a veces, no tienen noticias de su existencia. No se trata de hacer ‘caridad teatral’ ni de ‘divertir a los pobres’. Los espectáculos tienen que tener calidad profesional y las temáticas abarcan problemas sociales y culturales que deben abrir un debate con los espectadores. Si esto se cumple y están dadas las condiciones, será un hecho cultural y de inclusión significativo”, concluyó el dramaturgo.
Falta pensar algunas cuestiones para que la iniciativa avance este año. “No podemos decir concretamente cuándo vamos a empezar. El verano es un período extraño, porque todo se detiene. A fines de febrero o a principios de marzo comenzaremos con la organización más estricta”, explicó Marrale. Aún no se definieron fechas ni barrios, ni se estableció el presupuesto que exigirá la tarea. Se comenzará por elegir a los directores de las puestas y al reparto. “Vamos a empezar con directores de la ciudad de Buenos Aires. Luego veremos cómo evoluciona el proyecto”, apuntó Marrale. La idea es que, en algún momento, las obras cuenten con actores y directores de las zonas en las que se presenten.
Karina Yarochevsky, subsecretaria de Responsabilidad Social del Ministerio de Desarrollo Social, recalcó: “La vinculación entre las instituciones es beneficiosa para todos. La responsabilidad tiene que ver con muchas cosas, incluso con la cultura, la creatividad y el acceso, que significa que nuestra gente se sienta protagonista. Muchos nunca vieron teatro. La cultura tiene que ver con la transformación social y la igualdad de oportunidades”. En sintonía, Marrale definió: “Esta es una acción directa de un organismo público y de los actores en pos de llegar a la comunidad de una manera distinta a la tradicional. Nos parece importante porque crea una conciencia nueva. El arte no solamente tiene que ser una contemplación o una construcción estética. Tiene que servir a lo social, por lo menos como elemento de reflexión”. Sagai tuvo una experiencia que funciona como antecedente: llevó teatro semimontado a diferentes lugares de la provincia de Buenos Aires, una iniciativa que surgió con el fin de resolver “el gran drama del actor, que es el trabajo”, generando nuevos puestos laborales. “Ahora tenemos la posta para ver cómo instrumentamos Aplausos por la inclusión. Estamos llenos de energía”, se entusiasmó Marrale.
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