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Lunes, 3 de junio de 2013

CULTURA › LOS ESTADOS LATINOAMERICANOS Y LA CULTURA VIVA COMUNITARIA

Los emergentes de los emergentes

Desde la Argentina hasta Costa Rica, referentes de organizaciones con sede en los barrios están pidiendo el 0,1 por ciento del presupuesto para seguir existiendo o para existir mejor. En Brasil se marcó el camino y en cada país se pelea frente a coyunturas diversas.

 Por María Daniela Yaccar

Desde La Paz

El Primer Congreso de Cultura Viva Comunitaria, que se desarrolló en La Paz del 17 al 22 de mayo, cristalizó la existencia de un actor más o menos nuevo en el campo de fuerzas que es la política: los que impulsan a los pueblos a producir cultura en diecisiete países de América latina se unieron en una pelea. Desde la Argentina hasta Costa Rica, referentes de organizaciones con sede en los barrios pidieron un 0,1 por ciento de los presupuestos nacionales para seguir existiendo o para existir mejor. El reclamo es por leyes nacionales y se está haciendo oír en cada país. Representantes de la lucha en Brasil, Colombia, Perú y la Argentina conversaron con Página/12 sobre antecedentes exitosos y las posibilidades que se abren tras esta instancia formal de encuentro.

“Esto de la cultura comunitaria no es nuevo”, aclaró César Excuza Norero, fundador de Vichama Teatro, una compañía de teatro comunitario que funciona hace treinta años en Villa El Salvador (Perú). Lo que sí es nuevo es el concepto, Cultura Viva Comunitaria (CVC), así como también el diálogo entre sus promotores y el Estado. Según Iván Nogales, fundador de Teatro Trono, compañía teatral boliviana, “la CVC plantea una redefinición de la relación sociedad-Estado. El Estado deja de ser lo que naturalmente es, un controlador, para abrirse al diálogo con la sociedad civil”.

Hace una década comenzó la articulación continental que derivó en la realización del Congreso. Un relevamiento indicó que existen en el continente 120 mil experiencias populares. Plataforma Puente Cultura Viva Comunitaria, una red de redes latinoamericana, participó en el Foro Social Mundial de Belem a principios de 2009 y en Porto Alegre en 2010. En 2009, el Parlamento del Mercosur dio el visto bueno al pedido de Plataforma Puente con la sanción de un anteproyecto de norma legislativa. Otros hitos en la lucha fueron el Encuentro de Redes de Latinoamérica realizado en Medellín (2010), la intervención en la Cumbre Social del Mercosur y la realización de la Semana Continental por la Cultura Viva Comunitaria en 2012, año en que también se realizó la Caravana por la Vida que llegó a la Cumbre Río+20.

Al hablar de antecedentes exitosos en términos de puesta en práctica de este pedido –el del 0,1 por ciento–, hay que comenzar por Brasil. En 2004, el gobierno de Lula da Silva –Gilberto Gil era en ese entonces ministro de Cultura– lanzó el programa Puntos de Cultura, inspirador para militantes de la región. Al Congreso asistió Célio Turino, ideólogo del proyecto y ex secretario de Cultura y Ciudadanía del Ministerio de Cultura de Brasil. “Puntos de Cultura es un concepto matemático. La inspiración viene de Arquímedes: dame un punto de apoyo de una palanca y moveré el mundo”, definió a Página/12. “La primera iniciativa del gobierno de Lula consistió en la construcción de centros culturales. La plata iba a destinarse a la construcción y nada era para la gente. Cuando llegué en 2004 propuse cambiar el foco”, contó. En seis años, el Estado impulsó tres mil puntos de cultura y el trabajo de dos millones de personas, con 40 mil dólares anuales.

También visitó La Paz Alexander Santini, un joven actor y dramaturgo que de buenas a primeras pasó de la acción territorial a la nacional: integraba un colectivo teatral comunitario y en 2008 se volvió coordinador del Foro Nacional de Puntos de Cultura en Brasil. En 2009 y 2010 fue consultor del Ministerio de Cultura. “Mucha gente, por muchos caminos, empezó a ocupar roles en el Estado”, destacó Santini. “El Estado hizo una apuesta muy concreta al poner la CVC en la centralidad. Pero en el gobierno de Dilma (Rousseff) el programa perdió presupuesto. Fue una marcha atrás. Latinoamérica ha reinterpretado el programa y nosotros nos reencarnamos en una perspectiva más continental”, evaluó. Brasil probó primero con un programa. Se espera que este año se sancione una ley de Puntos de Cultura.

En la Argentina, la Secretaría de Cultura de la Nación lanzó en 2011 el programa Puntos de Cultura, inspirado justamente en el de Brasil, pero se espera que se amplíe. En enero de este año, la iniciativa daba apoyo a 237 organizaciones y se estaban sumando otras 139. La realidad supera ese número: en el país funcionan más de 15 mil organizaciones de cultura viva comunitaria. El año pasado, Pueblo Hace Cultura –colectivo de colectivos nacional– logró que llegara al Congreso un proyecto de ley con el pedido del 0,1 por ciento, pero perdió estado parlamentario.

“Queremos volver a presentarlo este año”, expresó Eduardo Balán, de Culebrón Timbal, productora comunitaria con sede en Moreno. “Tenemos que generar una instancia formal de presentación del proyecto en el corto plazo. Antes de que saliera la caravana a La Paz, un conjunto de diputados confirmó que gestionará la presentación”, agregó. Claudio Lozano (Unidad Popular), Ramona Pucheta (MIJD), Roy Cortina (FAP) y Juan Carlos Junio (Nuevo Encuentro), de la Comisión de Cultura, son los legisladores nacionales que han dado el visto bueno a la propuesta. También se pronunció a favor Carlos Raimundi (Nuevo Encuentro). “La Cámpora nos transmitió su intención de bancar el proyecto, ya que comparte con nosotros que complementa en los barrios lo conquistado con la ley de medios”, deslizó Balán. Al mismo tiempo, en distintos municipios del país se está avanzando en ordenanzas que apoyan a la cultura comunitaria. Lo mismo ocurre en la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires. Y a través de la Secretaría de Hábitat e Inclusión Social de la Ciudad funciona un subprograma de Puntos de Cultura.

En ningún país se sancionó aún una ley nacional de Puntos de Cultura o de CVC, pero hay normas que a ella se orientan en otros países, como Perú, Costa Rica y Colombia. Son, con Brasil y la Argentina, los de panorama más esperanzador. Según contó Excuza Norero, en Lima se aprobó hace unos meses una resolución ministerial. “Es un programa pequeño que podría crecer. Estamos atravesando un momento en que el Estado dialoga con las organizaciones. Hay funcionarios en el ministerio, como Paloma Carpio, que provienen de la cultura viva”, explicó. “Habla de más del 0,1 por ciento, debe ser cerca del 2. Lo interesante es que ya tiene la reglamentación incluida. El próximo año sabremos de qué trata. La resolución es muy buena. La pelea es con el Ministerio de Economía para que suelte fondos”, deslizó. En Costa Rica, en tanto, se está elaborando una ley general de Cultura que atenderá a la CVC.

“La legislación actual en nuestros países en materia de cultura está centrada en intentar regular la actividad privada y llevar adelante programas estatales de mayor o menor envergadura. Se deja de lado la protección, el fomento y la asistencia a lo que realizan las comunidades a través de organizaciones culturales comunitarias, en procesos que involucran a cientos de miles de personas, muchas de ellas jóvenes”, analizó Balán. En La Paz, funcionarios de distintos países se comprometieron a aceitar una red de cultura comunitaria y una articulación parlamentaria. Por su parte, los representantes de redes de América latina formaron un Consejo Latinoamericano por la CVC que se reunirá en diciembre en Buenos Aires.

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En Bolivia se reunieron hace quince días miles de dirigentes comunitarios.
Imagen: Gentileza Midia Ninja
 
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