A veces un trabajo abre puertas inesperadas. Es como una habitación que se ventila y da a esos patios de antaño, que ocupaban el corazón de un edificio y que conectaban la vida de todos sus habitantes. Así también sucede en el mundillo del arte y así le sucedió a Miguel Rep a partir de su celebrado trabajo en torno de los barrios porteños. Esa serie de retratos-dibujos-paisajes sobre los hitos ciudadanos de Buenos Aires lo vinculó con el mundo de la arquitectura contemporánea y lo llevó a la Bienal de Venecia de Arquitectura del año pasado y a una exposición propia en la Casa Argentina en Roma, este año, que se inauguró en la tarde italiana del miércoles, con la presencia de los embajadores argentinos en Italia y el Vaticano, además de numeroso público e invitados. La muestra se podrá visitar durante dos meses.

“Durante la Bienal me propusieron hacer itinerar la muestra por toda Italia y culminar en la embajada, así que en cierto modo éste es el cierre de un largo año de trabajo”, recuerda el protagonista de la tarde romana. Esas telas fueron trabajadas con plumines, lápices y acrílicos.

“La muestra consta de tres partes”, explica el artista plástico, historietista y humorista gráfico a Página/12: “La primera parte son los trabajos que expuse en la Bienal del año pasado, que eran sobre arquitectura argentina”. Esas obras eran ocho telas de gran tamaño que giraban en torno de los distintos períodos arquitectónicos nacionales y de las diferentes influencias que atravesó el sector a lo largo de la historia del país. “Son paisajes arquitectónicos argentinos, no sólo porteños, y van por distintas temáticas, por ejemplo: una tela era sobre la arquitectura argentina de inspiración italiana, otra era sobre el racionalismo, sobre el modernismo, o sobre los modos de construcción en las provincias.”

La segunda parte de la muestra, ahonda el autor, consiste en los festejados barrios dibujados, ya considerados uno de los hitos de la obra de Rep. La tercera consiste en dos nuevas telas de grandes dimensiones que está terminando en estas mismas jornadas. “Una de ellas dibuja una escena nocturna de Buenos Aires, con edificios y personajes coloquiales de la ciudad, y la otra es similar, pero sobre Roma”, detalla y dice que ambas quedarán allí en el consulado.

Las telas “venecianas” y los barrios son obras en riguroso blanco y negro, mientras que las dos telas sobre las que trabaja ahora son a color, creadas casi enteramente en acrílico, puntualiza. “En realidad, yo hice entre el ’91 y el ’93 los barrios porteños y desde entonces siempre alguien me busca, me utiliza para que muestre una arquitectura más blanda, pero no sólo los paisajes arquitectónicos porteños, sino los argentinos”, reflexiona Rep sobre su derrotero profesional. “Todo esto lo fui haciendo a partir del background que tengo sobre los arquitectos, y me eligen para que lo muestre de un modo quizá más accesible al público general de lo que lo haría un arquitecto propiamente dicho”, considera. Así, el año pasado se dio el lujo de acompañar el pabellón argentino, diseñado para la ocasión por el gran artista plástico y arquitecto Clorindo Testa, fallecido en abril de este año.

“En la inauguración venían muchos diciéndome que esperaba que expusiera a Gaspar o a mis otros personajes, pero no era esa la intención”, cuenta Rep. “Para mí hacer ciudades es lo más parecido a lo abstracto de mi obra, porque no hago gente ni personajes, y en cambio sí sigo haciendo ciudades, arquitecturas, construcción, y soslayo la figura del personaje, me puedo ir hacia la abstracción.”

Trazar edificios, reflexiona, lo quita del lugar habitual de humorista gráfico. “Me saca del lugar cómodo de comunicar con personajes, palabras, diálogos, y al mismo tiempo tiene algo de caprichoso también, porque invento mucho, mezclo lo real con lo imaginario, porque invento aunque tenga un anclaje muy fuerte en documentación pura”, continúa. “Pero no dibujar globitos, ni cuadritos ni personas te saca del mundo corriente con el que uno labura en el diario, o en Fierro o en Orsai, es un lenguaje absolutamente distinto que ya te diría que no es gráfico, sino plástico, porque está pensado para exponer.”

En este sentido, Rep también se siente emparentado desde lo creativo con los arquitectos, en tanto y en cuanto tanto humoristas gráficos, historietistas y los hombres de reglas y planos son dibujantes “de línea”, aunque pronto advierte la excepción del propio Testa, que era “un pintor de mancha” que también abordaba obras arquitectónicas. “Entonces ese traslado de la linealidad lo hago de algún modo yo también, aunque no haga una perspectiva precisa y sólo dibuje paisajes urbanos, porque si te dibujo el edificio tal o cual, son reconocibles aunque no aparezcan tal como los dibujaría un arquitecto.”

Ese reconocimiento sucede por un trazo pasado “por el tamiz libre de la historieta y el humor gráfico” y Rep propone la expresión “arquitectura expresionista” para referirse a los trabajos que él y otros colegas del mundo de las viñetas realizan sobre las ciudades. Al cabo, la historia de la historieta está repleta de autores que retrataron ciudades reales e inventadas y que en muchas ocasiones son fundamentales para construir el clima de un relato. “La arquitectura que podemos hacer nosotros es mucho más comunicadora que la de un plano preciso, que es mucho más duro”, advierte y destaca que “en el fondo, esto consiste en humanizar la arquitectura y el urbanismo”.