CULTURA › MARINA YUSZCZUK GANO EL PREMIO INDIO RICO
› Por Silvina Friera
El itinerario del silencio a la palabra, de la barbarie a la civilización, no es tan sencillo como parece. Junio, el hijo de Marina Yuszczuk, nació en noviembre de 2012. La experiencia del embarazo dejó a la poeta bahiense en la cornisa de la mudez, algo que nunca antes le había sucedido. No podía decir. La convocatoria al Premio Indio Rico en el género poesía, organizado por Estación Pringles, fue el primer paso: escribir para un concurso, como un encargo imaginario que le permitiría sortear la imposibilidad de articular una voz. Madre soltera obtuvo por unanimidad el premio, que consiste en la publicación de la obra por la editorial Mansalva. El jurado integrado por Arturo Carrera, Diana Bellessi y Francisco Garamona fundamentó la elección planteando que “el poema transmite la pasión del engendramiento –real, pero también ficcional– en una especie de autobiografía de joven mamá con sus emociones y conflictos, placeres y contradicciones”. Y destacó que hay “un elaborado juego textual –artificioso y sencillo a la vez– cercano a las expectativas clásicas del embarazo y parto, aplicadas a las laberínticas razones del mundo actual”.
“La experiencia de tener un bebé me dejó muda –subraya la poeta a Página/12–. Todo el mundo me preguntaba cómo estaba y yo contestaba que bien, que tenía sueño, todas esas trivialidades. Pero lo que te pasa es más hondo. Y estuve mucho tiempo sin poder decir algo. Yo soy poeta hace muchos años, y para mí estaba la expectativa sobre qué podría decir. Fue el libro que más me costó escribir, indudablemente, porque tuve que salir de ese estado de mudez y plasmar cosas que son gigantes y que uno siente que cuando las escribe las está reduciendo.” Yuszczuk nació en 1978 en Avellaneda; a los siete años se mudó a Bahía Blanca junto con su familia. Licenciada en Letras por la Universidad Nacional del Sur, periodista y crítica de cine, es autora de Guía práctica de las mariposas y Lo que la gente hace. Aunque actualmente reside en Buenos Aires, se considera una poeta bahiense. “El embarazo sucede primero en el cuerpo y la maternidad también; te sumergís en una experiencia que no pasa por las palabras. Yo sentía que en los primeros meses de mi bebé los dos estábamos en una suerte de cueva, una figura que aparece en el libro porque era todo muy animal. Escribir este libro fue como volver a la palabra, a la civilización.” ¿La maternidad tiene algo de bárbaro? “Sí, para mí es absolutamente salvaje”, afirma Yuszczuk, que este año publicará también otro poemario: La ola de frío polar. “La maternidad está llena de mucho blablablá, que no es el blablablá de las mujeres, ¿no? Es el blablablá de los médicos, el blablablá de la publicidad, el blablablá de los psicólogos, que no son los que ponen el cuerpo. Cuando quedé embarazada, todo lo que había escuchado, y lo que había visto, no tenía demasiado que ver con lo que me estaba pasando. Lo que estaba viviendo no estaba escrito o no estaba dicho. Estoy muy convencida de que hay algo de secreto, de privacidad, un asunto que recorre la sensibilidad, pero a media voz.”
Madre soltera anticipa cómo empezó su embarazo: separada. Ahora cuenta que está en pareja con el papá de su bebé. “Aunque suene extraño, la elección de ser madre soltera tenía que ver con un disgusto bastante profundo sobre la idea de familia, que me parece que comparten muchas personas de mi generación. El libro tiene algo de diario y algo de novela, en el sentido de si voy a estar o no con el papá del bebé.”
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