CULTURA › EN MéXICO DF, UNA MULTITUD DESPIDIó LOS RESTOS DE GABRIEL GARCíA MáRQUEZ
La ceremonia estuvo abierta para el público durante tres horas, luego se restringió el acceso, al momento de los discursos de los presidentes de Colombia y México, Juan Manuel Santos y Enrique Peña Nieto. En el país natal del autor se realizó un sepelio simbólico.
› Por María Daniela Yaccar
“Hoy asisto a este Palacio de las Bellas Artes, la casa de la excelencia de la cultura de México, con el corazón adolorido y el alma agradecida”, dijo el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, que viajó especialmente para el homenaje y la despedida de los restos del escritor colombiano Gabriel García Márquez. El presidente de México, Enrique Peña Nieto dijo, a su vez, que García Márquez, Premio Nobel de Literatura 1982, “recibió en vida el mayor reconocimiento que existe: el amor y el cariño sincero de millones de personas de todo el mundo”.
A través de YouTube se podía ver anoche, en directo, el homenaje en México a Gabriel García Márquez. A las 20.30 hora argentina, es decir, a las 18.30 hora del DF, todavía había personas desfilando por delante de la urna que contenía sus cenizas. Sus admiradores pasaban tomando fotografías. Se veía gente grande, también muchos niños. Algunos se detenían y en la pausa le tiraban un beso. La urna estaba sobre una alfombra roja y rodeada de flores amarillas, las que prefería el autor de Cien años de soledad. Todo el salón estaba cubierto de flores, en realidad. Una orquesta que interpretaba música de Béla Bartók y Giovanni Botessini decidía por entonces la melodía final. Todo esto sucedía en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana, en una ceremonia que cerraron los presidentes de Colombia y México, Juan Manuel Santos y Enrique Peña Nieto. En el país natal del autor se realizó un sepelio simbólico.
“El más colombiano de los colombianos sigue vivo, seguirá vivo en sus libros y en sus textos, pero sobre todo más que nada vivirá para siempre en las esperanzas de la humanidad.” “Hoy venimos desde Colombia hasta México y vienen admiradores y amigos de Gabo desde todos los rincones del planeta para ratificar nuestro compromiso con la utopía posible, con una América latina que supera su soledad y encuentra su segunda oportunidad sobre la Tierra”, expresó Santos.
A su vez, Peña Nieto afirmó que “la imaginación es una de las más poderosas herramientas humanas. Gabriel García Márquez la llevó por caminos inexplorados” y lo calificó como “el más grande novelista de América latina de todos los tiempos”. En presencia de la esposa de García Márquez, Mercedes Barcha, y de sus hijos, Rodrigo y Gonzalo, así como del ex presidente colombiano César Gaviria, los dos presidentes cerraron el homenaje luctuoso con una guardia de honor.
“Sólo un periodista como García Márquez hubiera podido cubrir una noticia como su muerte”, dijo a Página/12 el escritor Juan Villoro. Lo mismo se puede pensar para su homenaje: ahora los medios de Latinoamérica están todos hablando de las miles de personas que lo despidieron.
Por lo que se podía percibir a tantos kilómetros de distancia y mediante Internet, el último adiós a Gabo tuvo un carácter solemne, pero no angustiante. La orquesta marcó ese clima: según se escuchó, la melodía final sería un allegro.
Pero, además, los lectores alzaron desde temprano carteles con la leyenda “Gabo vive” y llevaron en las manos rosas y tulipanes y mariposas de papel. Todo de color amarillo. En la capital mexicana hicieron fila para dar su último adiós al Nobel de Literatura. A las 15 –17 hora argentina– las cenizas de García Márquez partieron de su hogar en el DF, en la colonia Jardines del Pedregal, hacia el Palacio de Bellas Artes, donde México suele despedir a sus iconos culturales. Estaba parte de su familia. Santos y Peña Nieto se unieron al homenaje con una guardia de honor. ¿Qué escribiría sobre todo esto el autor de Los funerales de la Mamá Grande, libro en el que tocó el tema de lo que pasa después de una muerte que genera mucha conmoción?
Desde temprano, alrededor de setenta policías de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Policía Bancaria e Industrial del Distrito Federal custodiaban la casa del escritor.
Ya en ese momento había admiradores que despidieron al escritor con fuertes aplausos.
Las puertas del Palacio se abrieron a las 16, para que los admiradores de Gabo pudieran despedirse. Es la primera vez que en México se desarrolla un homenaje tan grande a un extranjero fallecido. Una orquesta dedicó al escritor fragmentos de música clásica de Béla Bartók y Giovanni Botessini. También sonó vallenato. Entre los que asistieron para despedirse hubo mexicanos, pero también compatriotas. Gabo eligió México para vivir hace décadas, y de hecho escribió allí su libro más conocido, la historia de los Buendía, entre otros.
En la entrada del máximo recinto cultural del país había dos grandes fotos con el rostro sonriente de García Márquez. Según informó a los medios el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en el interior del Palacio colocaron 10 mil rosas amarillas. La ceremonia estuvo abierta para el público general durante tres horas, luego se restringió el acceso, al momento de los discursos de los mandatarios.
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