Miércoles, 22 de abril de 2015 | Hoy
CULTURA › FORO DE DEBATE POR LA LEY FEDERAL DE LAS CULTURAS
A través de una videoconferencia realizada en el C. C. de la Cooperación, el tema convocante fue Artes y nuevas tecnologías. Tensiones, derechos y lenguajes. Participaron referentes de la música, las artes escénicas, las letras, el cine y las artes plásticas.
Por Paula Sabatés
Con una videoconferencia empezó el último de los foros de debate participativos por la Ley Federal de las Culturas, iniciativa que llevan a cabo el Ministerio de Cultura de la Nación y el Frente de Artistas y Trabajadores de las Culturas (Faytc). La elección de ese soporte no fue casual, sino en concordancia con el tema de esa jornada, que se llevó a cabo el lunes por la noche en el Centro Cultural de la Cooperación. El mismo fue Artes y nuevas tecnologías. Tensiones, derechos y lenguajes. Con ese eje, referentes de la música, las artes escénicas, las letras, el cine y las artes plásticas plantearon, en una primera parte, cuestiones relacionadas con el acceso a las nuevas tecnologías para el desarrollo de lenguajes artísticos y, en una segunda, un debate alrededor del derecho de autor y la propiedad intelectual. De esos aportes saldrá un documento que formará parte del anteproyecto de ley, que será presentado el miércoles 6 de mayo a la ministra de cultura, Teresa Parodi.
Quien estuvo del otro lado del Skype fue Fabián Wagmister, director, entre otros cargos, del Laboratorio de Hypermedia de la Universidad de Los Angeles y del Centro Hipermediático Experimental Latinoamericano, de Parque Patricios. La postura que planteó definió, a grandes rasgos, la que tomaron los oradores que le siguieron: “Todo esto se trata de definir cómo nos paramos frente a lo tecnológico, si lo pensamos como una cuestión de interés público o de computación personal. Es decir, como proceso o como producto”. En la misma línea opinó Francisco “Tete” Romero, director de Asuntos Académicos y Políticas Regionales del Ministerio de Cultura de la Nación, que argumentó que lo fundamental para pensar una ley marco es definir una postura, pero también categorías. “¿Cómo definimos al ciudadano digital? ¿Hay una comunidad digital?”, se preguntó el funcionario, que arriesgó que “no hay soberanía cultural sin soberanía comunicacional” y que no hay de ésta última sin “soberanía digital”, a la que definió como “configurativa de las subjetividades culturales”.
Finalizadas estas dos intervenciones, que fueron mediadas por Luis Sanjurjo –director del Observatorio de Políticas Culturales del CCC– y su equipo, se presentó la primera de las mesas específicas. En su mayoría músicos, los disertantes plantearon diversas posturas, tanto “a favor” como “en contra” del uso de lo tecnológico en relación con la producción y recepción artística. “La tecnología ha facilitado un montón de caminos y también ha inundado muchas posibilidades, por eso hay que valerse de Internet pero también del encuentro humano”, sintetizó Daniel Fratantoni, referente del movimiento social-musical El Tango será Popular o no será nada. “Se dice que en Internet está todo, pero aun así tiene que ser una herramienta y no un modo de vida”, opinó.
En esta parte hubo algunas posiciones encontradas: El compositor, músico, cantor y referente tanguero, Guillermo Fernández, instó a “no tenerle miedo a Internet y la digitalización”, herramientas a las que consideró “maravillosas”. “Somos nosotros los que podemos lograr el cambio y poner los límites”, destacó. Por su parte, Mayra Arenzon –coreógrafa, intérprete e integrante del departamento organizador del encuentro– señaló que, al menos en la danza, los recursos tecnológicos “en su mayoría suelen borrar lo diverso”. “Los géneros que utilizan esas técnicas priorizan lo tecnológico por sobre el cuerpo y lo hacen desaparecer”, denunció, a la vez que sostuvo que lo fundamental sería lograr un equilibrio para defender la corporalidad. Como ellos, el resto del panel se remitió a experiencias personales en relación a su actividad artística, y sacó de allí conclusiones en torno de la cuestión.
La segunda mesa fue la más controversial. Conformada por especialistas de las diversas ramas (también en su mayoría músicos), se ahondó en la actualidad sobre los debates alrededor de los derechos de autor. Si bien se aclaró que el tema no será de carácter central en la redacción del preproyecto de ley, quedó en claro que se trata de uno de los más polémicos en relación con la producción y el consumo artístico. La exposición más vehemente fue la de Beatriz Busaniche, de la Fundación Vía Libre. Magister en Propiedad Intelectual, compartió un documento con 14 puntos para reformar las leyes de derecho de autor en la Argentina. Partiendo de la base de que “existe un desbalance entre los intereses comerciales y los del público y los autores”, y de que “la propiedad intelectual no puede ser considerada un fin en sí mismo”, la especialista afirmó que el del derecho de autor “es un tema de todos: quienes producen y quienes consumen”. Con algunas de sus ideas discutieron panelistas y también personas del público, en lo que fue un interesante debate que se extendió hasta el final.
Otros de los disertantes de ese panel fueron Andrea Llama (compositora y música, representante de la Asociación Colectivo Música de todos), Rubén Borré (artista plástico y asesor en artes visuales de la Universidad Nacional de Lanús), Carlos Sidoni (músico, compositor e investigador del CCC), Juano Villafañe (poeta y director artístico de la casa anfitriona) y Karina Beorlegui (cantante y actriz, autogestora del ciclo Fado-Tango Club). Esta última sostuvo que “la mayoría de los trabajadores de la cultura todavía no saben que existen leyes como la de música o la ley de medios”, sancionadas en 2012 y 2009, respectivamente. “No sólo es tarea del estado sino que los gestores y militantes culturales tenemos también el compromiso de darle debate a estos temas y ayudar a abrir cabezas”, sostuvo, en consonancia con el discurso final de Sanjurjo, para quien “solo de la participación pueden salir normas representativas”.
Con los aportes de este último foro, que fue el número 46, quedó cerrada la instancia de debate de esta ley colectiva que busca generar un marco legal que implemente y regule las políticas culturales federales en la República Argentina. Resta entregarle el anteproyecto a Parodi. Lo hará el Faytc el próximo 6 de mayo a las 18.30, con la presencia de las delegaciones de las provincias que lo representan. La jornada tendrá lugar en las escalinatas de la Biblioteca Nacional, ubicada en Agüero 2502. Entonces se llevará a cabo un hecho histórico, que permitirá empezar a pensar de otra forma cómo se entiende la cultura. Y cómo se vive.
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