Ni por casualidad se le ocurriría a un eventual –aunque poco probable– gobierno neoliberal pensar y actuar en argentino. Mucho menos organizar foros libres, públicos y plurales que concreten en espacio y tiempo tal disposición. Pero si un inesperado milagro obrara por tres (que ganen la elección, que se les ocurra pensar desde, por y para este lugar del mundo y que se organicen jornadas de debate y pensamiento para reforzar tal fin) lo “pensado y actuado” no iría por el lado de Raúl Scalabrini Ortiz, José María Rosa, los dos Arturos (Jauretche y Sampay), Manuel Savio o Leopoldo Marechal, desde ya. Tampoco por los de Adolfo Saldías, Enrique Mosconi o Felipe Varela: también inimaginable. Pero sí un eventual ministro de Cultura neoliberal optaría directamente por el del ilustrado Jorge Luis Borges. O el del Bioy Casares. O el de la Ocampo. O el de un ídolo de liberales, “republicanos” y proeuropeos como Domingo Faustino Sarmiento. ¿Por qué entonces un gobierno nacional y popular habría de obrar así, puntualmente con uno de los personajes más protegidos por la historiografía liberal como Sarmiento? ¿Por qué lo hará, de hecho, durante el Capítulo Cuyo de los Foros por una Nueva Independencia, que organiza la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional? ¿Por qué Sarmiento, a quien –este cronista da fe– se lo ha criticado pero también mimado –al menos más que a otros patriotas más patriotas y por tanto merecedores de visibilidad– en cada uno de los tres capítulos anteriores? ¿Por qué, en suma, personalizar un foro directamente con su nombre?

Las respuestas estarán soplando en el viento de San Juan entre hoy y mañana, cuando el Capítulo Cuyo de los mencionados foros se active bajo el tópico “Tras las huellas de Sarmiento”. Del polémico maestro cuya acción en vida –y tras ella– ha derramado tanta tinta como sangre (de gauchos e indios) durante un período bravo y álgido del siglo XIX, y que el gobierno nacional y popular (innegablemente inclusivo, claro) se propone abordar en la provincia donde nació aquel prócer ensalzado durante décadas y décadas de predominio liberal. En la Universidad Nacional de San Juan, para más precisiones, donde desde las 9 de hoy comenzarán a desarrollarse las jornadas con un trabajo en comisiones bajo el ítem “Pensar la Argentina desde Cuyo y desde los legados de Sarmiento”.

Las actividades del día inaugural seguirán a las cuatro de la tarde cuando varios de los protagonistas del foro (el rector de la universidad, Oscar Nasisi; el ministro de Turismo y Cultura, Dante Elizondo; la secretaria de Cultura, Zulma Invernizzi; el gobernador José Luis Gioja y el secretario del área organizadora, Ricardo Forster) orienten sus palabras hacia el acto de apertura. El día uno, picante por cierto, continuará con varios historiadores (Eduardo Carelli y Ana María García, entre ellos) que disertarán sobre la figura de Sarmiento en el imaginario cultural y político de San Juan (a las 17). Con Noé Jitrik, Américo Cristófalo, Cristina Iglesia y Adriana Amante, haciendo lo propio con la impronta del Facundo y la zoncera madre (Civilización o Barbarie), a las 19; y con un espectáculo musical a cargo de la Camerata San Juan como cierre de la jornada.

Para el viernes, en tanto, se prevén diálogos cuyanos con Araceli Bellota, Roberto Follari, Patricia Slukich y Juan Mariel, por la mañana. Y por la tarde, entramados orales que irán por el lado del “Sarmiento heterodoxo”, con Matías Bruera, Roberto Amigo, Eduardo Peñafort y Martín Kohan (17 horas); y Daniel Filmus (secretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas), Javier Trímboli (historiador y director del archivo de la TV Pública); el senador Ruperto Godoy y el mismo Forster, que también participará del acto de cierre con la mencionada Zulma Invernizzi y Francisco “Tete” Romero. Los foros sanjuaninos, que prometen debates encendidos y enriquecedores, se llevarán a cabo en el aula magna de la universidad, con capacidad para 400 personas, y en el Auditorio del Centro de Convenciones Guillermo Barrera Guzmán, que puede recibir hasta 650 personas, y son los cuartos que se realizan, luego de los de Resistencia, Neuquén y Córdoba, donde las neuronas de la patria –y la plurinación americana, claro– salieron favorecidas, tanto como su sentimiento de identidad. Aun con el aura de Sarmiento, y sus bravas líneas de fuego, sobrevolando los aires de cada región.