CULTURA › A LOS 95 AÑOS, MURIO LA ESCRITORA Y PERIODISTA EDMONDE CHARLES-ROUX
Luchó en la Resistencia contra los nazis, revolucionó la prensa femenina gala cuando quiso poner a una modelo negra en la tapa de Vogue, y como escritora ganó el premio Goncourt con Olvidar Palermo. También presidió esta última institución entre 2002 y 2014.
› Por Silvina Friera
El epitafio de la “oveja negra” de una familia burguesa podría aglutinar el sentido de una vida: “Aquí descansa una mujer adelantada a su tiempo”. La escritora y periodista Edmonde Charles-Roux –que murió a los 95 años el miércoles a la noche en Marsella– no era un espíritu hecho a medida de la disciplina y el conformismo. Su apariencia podía engañar. Más allá de ese aire de distinción y elegancia que se percibe en las fotos –esa inoxidable seguridad que tienen las nacidas en “cuna de oro”–, tempranamente descubrió que su corazón –tanto el órgano como ese humus de ideas y sensibilidades que empiezan a germinar a contrapelo de la sensación térmica familiar– estaba a la izquierda del campo sentimental. En tiempos en que se intenta pasteurizar lo ideológico y bastardear las convicciones políticas, la figura de Charles-Roux se agiganta. O se vuelve modestamente provocadora. Luchó en la Resistencia contra los nazis, revolucionó la prensa femenina francesa –fue mayúsculo el escándalo que se generó cuando intentó que la tapa de la revista Vogue, en la que trabajó durante casi dos décadas, tuviera una modelo negra–, y como escritora ganó el premio Goncourt con Oublier Palerme –publicada en español como Olvidar Palermo–, el mayor reconocimiento de las letras francesas.
No vino al mundo para ser domesticada como otra jovencita más de la alta sociedad. Nacida en 1920 en Neuilly-sur Seine, en la periferia más acomodada de París, Charles-Roux fue la tercera hija de una familia de ilustres marselleses, comerciantes de aceites y jabones que se enriquecieron “gracias al colonialismo durante el siglo XIX”, confesó sin remilgos la propia escritora. El abuelo de Edmonde fue embajador en el Vaticano y amigo íntimo de Pío XII. Su hermana Cyprienne se casó con el canciller de Benito Mussolini. Su padre fue embajador en Roma y Praga. La futura periodista y escritora tenía 19 años cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. Instalada en Marsella, estudió enfermería, trabajó como voluntaria junto a la Resistencia –curaba a italianos y a checos de la Legión Extranjera– y escondió a inmigrantes comunistas en el jardín familiar. Cuando se recuperó de las heridas por un bombardeo a un hospital, se unió a la Resistencia como enfermera, más tarde sirvió en el Primer Regimiento de Caballería Extranjero y en el Regimiento Mecanizado de la Legión Extranjera y, posteriormente, fue condecorada con la Cruz de Guerra y nombrada Caballero de la Legión de Honor en 1945.
La corajuda señorita que cometió el “delito” de haber puesto el cuerpo en el frente militar fue excomulgada de su clase social. Charles-Roux, consciente de que todas las puertas se le cerraban, comprendió que sería la única soberana de su destino. “Me convertí en una persona abominablemente libre”, manifestó al recordar ese momento en que optó por entrar al semanario femenino Elle en 1946. Luego ingresaría a la redacción de la edición francesa de la revista Vogue, donde llegaría a ser directora desde 1954. Ella fue la ideóloga de la transformación de la prensa femenina al demostrar que la cultura puede convivir en igualdad de condiciones con las páginas de moda. Abrió la revista a los textos y artículos del cineasta y escritor Alain Robbe-Grillet, la escritora Violette Leduc, el poeta y novelista Louis Aragon y el narrador y dramaturgo Jean Genet, entre otros. En 1966 fue despedida de Vogue por haber intentado poner a una modelo negra en la portada –Naomi Campbell, veinte años después, logró llegar a la tapa–; aunque otra versión más conspirativa postula que la echaron por sus vínculos con el Partido Comunista, una conexión que espantaba al editor estadounidense en tiempos de caza de brujas del macartismo. A los 46 años publicó su primera novela Olvidar Palermo (1966), sobre el destino de los emigrantes sicilianos en Nueva York, obra con la que ganó el Goncourt. Posteriormente llegarían Elle, Adrienne (1971), publicada en castellano como Adrienne, novela ambientada durante la ocupación nazi; L’Irrégulière ou mon itinéraire Chanel (1974), extraordinaria biografía de Coco Chanel editada en español como Descubriendo a Coco, que fue llevada al cine por Anne Fontaine en Cocó antes de Chanel, con la interpretación de Audrey Tautou en el papel de la modista. También es autora de Une enfance sicilienne (1981), Un désir d’Orient (1989) y Nomade j’étais (1995), entre otros títulos.
En 1973 se casó con el alcalde socialista de Marsella Gaston Defferre, que luego sería ministro del Interior del presidente socialista François Mitterrand. Charles-Roux se convirtió en jurado de la academia Goncourt en 1983 y presidió la institución entre 2002 y 2014, antes de ceder su lugar al también escritor Bernard Pivot. “Me gusta la sombra, el silencio y la reflexión. Me gustan todas esas cosas que se oponen a lo que uno debe ser hoy”, subrayó la dama díscola y comprometida de las letras francesas.
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