Los restos del filósofo, escritor y semiólogo italiano Umberto Eco, fallecido el viernes a los 84 años a causa de un cáncer, serán despedidos el martes en Milán, la ciudad donde residía. Según informó ayer la prensa italiana, el funeral se realizará con un homenaje organizado por sus familiares en el Castello Sforzesco, en el cual se exhibirá su féretro. Como es natural, ayer todos los medios del mundo destacaron en sus portadas el fallecimiento del autor, a quien el diario italiano Il Corriere della Sera destacó como “el hombre que sabía todo”. El ministro de Cultura italiano, Dario Franceschini, lo definió como “un gigante que ha llevado la cultura italiana por todo el mundo, joven y volcánico hasta el último día”; mientras que el alcalde de Milán, Giuliano Pisapia, lo definió como un “maestro y amigo, genio del saber, enamorado de Milán, hombre de vasta cultura y de gran pasión política”. “Milán sin ti es triste y pobre. Pero está orgullosa de ser tu amada ciudad. Haberte tenido cerca estos años ha sido un gran privilegio”, expresó Pisapia. En su pueblo natal, Alessandria, se anunció una serie de homenajes que incluyó un minuto de silencio en el partido que disputó ayer el equipo Alessandria Calcio contra el Pro Piacenza y actividades especiales en la biblioteca pública Francesca Calvo (que el propio Eco reinauguró en 2007), que hoy albergará lecturas de pasajes de sus obras y teatralizaciones a cargo de la compañía teatral de la ciudad. Alessandria fue incluso homenajeada por Eco en Baudolino, donde contó la leyenda de Gagliaudo, un campesino que se convirtió en héroe durante el asedio del ejército imperial a la ciudad entre 1174 y 1175.