Es bueno que los lugares comunes se pongan en tela de juicio. Y Pollo Raffo, uno de los compositores más interesantes de la escena argentina, cuestiona, con su trayectoria y con su música, al más común de todos: que la técnica coarta la libertad. Arreglador, director musical y tecladista de Juan Carlos Baglietto, León Gieco, Divididos, Soda Stereo, Los Piojos y Vox Dei, entre muchos otros, y líder de recordados grupos como El Güevo y Monos con Navajas, su dominio del lenguaje (o de los lenguajes, más bien) le permite ir para donde le venga en gana y hacerlo siempre con la certeza de que será su propia voz la que se oiga. Al borde de infinidad de músicas y, al mismo tiempo, con una personalidad inconfundible, acaba de concluir el cuarto disco de su magnífica saga dedicada al barrio de Flores (o a lo que el músico encuentra allí como símbolo y explicitación de una estética). El nombre de este cuarto volumen, que hoy presentará en Café Vinilo (Gorriti 3780) con la participación como invitada de la notable pianista y compositora Nora Sarmoria, es Brindis. Y algo de eso hay, si se piensa que Raffo inauguró con él una modalidad inédita para él, recurriendo a una campaña de financiamiento colectivo, que estuvo vigente del 1º de Mayo al 10 de Julio de 2016, con el objetivo de financiar la mezcla, masterización y edición del material. El éxito de la campaña –se recaudó con margen todo lo que se necesitaba– amerita el brindis, en todo caso. Guarda que viene el tren (2006), Diatónicos Anónimos (2010), y Al sur del Maldonado (2013) fueron los capítulos anteriores. En éste, Raffo toca por primera vez sólo piano y junto a él están Martín Rur en saxo soprano, clarinete y clarinete bajo, Tomás Pagano en bajo eléctrico y Rodrigo Genni en batería, además de Sarmoria en acordeón y voz, Beto Merino en percusión y Marcela Galván y Fernando Lerman en flautas.