CULTURA › SE ENFRENTAN A UN PROYECTO DEL PRO PARA “REGULAR LA ACTIVIDAD ARTISTICA EN EL ESPACIO PUBLICO”
El Frente de Artistas Ambulantes Organizados considera que si se da curso al proyecto de la diputada Lía Rueda podría quedar vedada su posibilidad de trabajar. Por eso, presentó uno alternativo para proteger su actividad en la ciudad de Buenos Aires.
› Por Paula Sabatés
Los artistas callejeros están en estado de alerta. Hace unos meses se encuentran denunciando que hay un proyecto de ley en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires que ataca la raíz más profunda de su trabajo: la autogestión, la itinerancia y la independencia. Se trata del 2538/15, presentado por el bloque del PRO a fines del año pasado, y que tiene por objetivo “regular la actividad artística en el espacio público”, que actualmente no tiene legislación. Para los artistas –en su mayoría agrupados en el Frente de Artistas Ambulantes Organizados (FAAO)–, si se da curso a ese proyecto podría quedar vedada su posibilidad de trabajar, puesto que consideran que su espíritu es “restrictivo”. Para eso, elaboraron y presentaron uno alternativo, al que se suma otro afín, que también deberán ser tratados en la Legislatura y que pretenden cambiar el eje hacia la “protección” y “fomento” de la actividad artística en la calle y el transporte público.
Según estimaciones y registros de la FAAO, sólo en la Ciudad de Buenos Aires hay 2600 artistas ambulantes, casi un tercio más que los que se contabilizaban el año pasado. De esos, un poco menos de la mitad son “itinerantes”, es decir, que si tuvieran la posibilidad de actuar en otros espacios, posiblemente dejarían la calle. Pero la mayoría son malabaristas, mimos, clowns, payasos, músicos, muralistas, bailarines, titiriteros, actores y otras profesiones dentro del arte, que eligen el espacio público como escenario porque consideran que allí su trabajo es más “tangible y accesible”. Para ellos, la actividad callejera representa su trabajo principal, aunque este año, por la crisis y el ajuste, cuentan que se ven obligados a trabajar más horas para lograr el mismo ingreso. En todo el país, esta población supera los 16 mil artistas.
Presentado por la diputada Lía Rueda, expresidenta de la comisión de Cultura de la Legislatura porteña, el 2538/15 estipula, entre sus puntos centrales, que podrán realizar actividades artísticas en el espacio público sólo aquellos artistas que hayan obtenido un permiso (que se otorgaría por un año, con posibilidades de renovación), que sus performances no podrán exceder la hora de duración y que deberán esperar otras dos para hacer una nueva presentación. Además, delimita franjas horarias en las que se puede actuar en la calle, designa al Ministerio de Ambiente y Espacio Público como autoridad de aplicación y estipula una multa de 500 a 1000 pesos a “todo aquel que incurra en incumplimiento a la normativa vigente”.
“El proyecto tiene un espíritu de restricción. Cada uno de sus quince artículos se encarga de ver cómo multarían a los artistas si no cumplen con lo que se dice. Ya se equivocan con designar a Ambiente y Espacio Público como el ministerio encargado de aplicar la norma, y no al de Cultura. Nos cosifican como si fuéramos sombrillas o mesas”, dispara Alejandro Cabrera Britos, presidente del FAAO, en diálogo con Página/12. “Después hay barbaridades, como que debemos tener una pausa de dos horas. Es absolutamente ridículo”, agrega el referente, que hace más de diez años compila denuncias de colegas perseguidos por distintas fuerzas policiales y que creó, junto con otros compañeros, y a raíz de la complicada situación en los subtes, un Manual del Artista Ambulante, para que todos sepan cuáles son sus derechos y la forma en la que deben actuar si se los quiere detener.
Para la diputada Rueda, también consultada por este diario, “los artistas perciben este proyecto como restrictivo porque al no haber regulación actual pueden realizar las actividades artísticas donde y cuando quieren”. “Pero la normativización de esta situación, que ellos mismos demandan, implica necesariamente un ordenamiento y determinación de franjas horarias y lugares para compatibilizar las actividades artísticas con el resto de las actividades institucionales, comerciales o de cualquier otro tipo de la Ciudad”, sostiene la legisladora, para quien “la creación de un registro responde a la necesidad de poder individualizar a los artistas para asignarles esas franjas horarias y lugares y que entre ellos, y para los demás ciudadanos, respeten esa organización”.
Es cierto que los mismos artistas piden una legislación. Por eso, desde hace tres años trabajan junto a legisladores y abogados en la elaboración y redacción de proyectos de ley para proteger su actividad. Hace casi dos años presentaron un primer proyecto ante las autoridades de la Legislatura porteña, pero el bloque del PRO lo dejó vencer. Unos meses atrás, y frente a la avanzada del macrismo, que según los artistas presentó su propuesta “sin contemplar nada de lo que se había consensuado en las reuniones colectivas”, el FAAO presentó un nuevo proyecto (el 809/D), surgido del trabajo en conjunto con los asesores del diputado Pablo Ferreyra, del Frente para la Victoria, que además presentó otro propio (el 579/D), también en una línea similar. Para los artistas, estos dos proyectos son a su favor ya que “respetan la esencia más pura del arte ambulante”. Y dado que están administrativa e institucionalmente al mismo nivel que el del PRO, y refieren a la misma temática, todos deberán ser tratados indefectiblemente en Comisión.
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