Un informe reciente de Alvaro Pons, periodista especializado del diario El País, de España, destaca que el comic oriental publicó menos títulos que en años anteriores, disminuyendo su porción de lanzamientos dentro del mercado español. Según señala el periodista en su propio sitio web, a diferencia de Japón, donde el manga es un elemento central de la cultura, en Occidente muchas de las ventas de estos productos son a lectores ocasionales. Son estos clientes golondrina los que desaparecen en cada crisis. Las editoriales responden apostando a títulos seguros, como los impulsados por series televisivas populares. Por lo mismo cayeron las ventas de manga en Alemania. Allí este sector dominaba el mercado editorial de viñetas con un 75 por ciento de la torta de mercado, y esa porción se retrajo al 60 por ciento, según un informe del sitio francés MundoBD. Por otro lado, la crisis obligó a las editoriales a bajar la calidad de sus ediciones y algunos editores han tenido que salir a dar explicaciones a los lectores a partir de sus quejas. Es el caso de Joan Navarro, director de Glénat España que, en una declaración inusitada para su mercado, llegó a hacer públicas las cifras de venta de algunas de sus principales series.