HISTORIETA › EN EL DíA DEL GéNERO, UN HOMENAJE AL GRAN ILUSTRADOR FRANCISCO SOLANO LóPEZ
Elsa Oesterheld, Juan Sasturain y Miguel Rep pusieron palabras al homenaje. Más allá del protagonismo mediático por el exabrupto de Macri, la placa en la Plazoleta Oesterheld es un acto de justicia.
› Por Sergio Sánchez
Créase o no, una leve pero constante lluvia cayó ayer sobre la ciudad de Buenos Aires en el preciso momento en que comenzaba un acto homenaje a Francisco Solano López, dibujante de la historieta El Eternauta. Lo más curioso, quizá, fue que la llovizna –que, por suerte, no era mortal como aquella nevada– cesó pocos segundos después de que se descubriera la placa en honor al ilustrador fallecido en agosto del año pasado. El distintivo, que muestra la clásica imagen de Juan Salvo caminando bajo la mortífera nieve extraterrestre, fue emplazado en la plazoleta Héctor Oesterheld (Av. De los Italianos y Azucena Villaflor, Costanera Sur). Así, la dupla creativa se unió una vez más en el Día de la Historieta, que conmemora en todo el país la primera aparición del viajero del tiempo en la revista Hora Cero, en 1957. “Yo le dije a Héctor que eligiera a Solano para dibujar porque tenía alma, sentimiento. Con él compartí muchas cosas lindas que nos hicieron olvidar un poco todo lo malo que nos había pasado, aunque eso no impidió que nos dejaran destruidos”, recordó conmovida Elsa Sánchez de Oesterheld, viuda del guionista desaparecido.
“Hoy es un día solanista, ¿nunca un día de sol, Solano, no? Siempre una cosa lúgubre, como Evaristo, siempre grises hechos con rayitas, no con aguadas”, deslizó, fiel a su estilo, el artista plástico Miguel Rep para abrir su disertación. “Es un momento alegre el de saber que hay un Día de la Historieta, un género que ya sabemos cómo lo han tratado siempre. Y que el tanque de eso sea El Eternauta, que no sea otra historieta. Porque nos representa, por su calidad, más allá de las lecturas políticas. Es un episodio emblema porque resume lo mejor de la guionística argentina y del dibujo”, analizó el dibujante, y destacó los rasgos artísticos de su colega y maestro. “Cada cuadrito de Solano es muy expresivo, significa meterse en un clima. Muy pocos dibujantes han logrado eso. Qué suerte que Héctor se lo haya dado a Solano, que era un pendejo en ese entonces.”
La iniciativa fue impulsada por la diputada porteña María Elena Naddeo (Frente Progresista y Popular), quien también encabezó, junto a un grupo de legisladores, el proyecto para crear la actual plazoleta en homenaje al guionista. “Es muy buena la continuidad de gestos por parte de ciertos sectores de la política de la Capital”, dijo el escritor y periodista Juan Sasturain, columnista de este diario y director de Fierro. “Hace exactamente quince años vinimos a este mismo lugar a inaugurar la plazoleta (en honor a Oesterheld)”, siguió Sasturain. “Qué interesante cómo los contextos se van modificando. Quizá en 1997 era más raro que se hiciera algo así. Pero hoy es una celebración que causa mucha repercusión política. A lo largo de estos años ha habido un proceso de paulatino reconocimiento y colocación de las cosas en su lugar. Y hay un acompañamiento y un sentimiento compartido por gran parte de la sociedad.” Entre el público lo escuchaban atentamente Elsa Sánchez de Oesterheld; Marina López, una de las hijas de Solano; el legislador porteño Aníbal Ibarra, y Beto Lorenzo, ayudante del dibujante en sus últimos años de vida, entre otros.
En las últimas semanas, el exabrupto del jefe de Gobierno porteño convirtió a la obra de la dupla Oesterheld-Solano López en uno de los temas más tratados de la agenda mediática. Sin embargo, lo cierto es que la grandeza de la historieta habla por sí sola y no necesita ni de la buena ni de la mala prensa del Gobierno de la Ciudad. Es más: El Eternauta trasciende los colores de las banderas políticas y habla de una inquietud universal. “Es una de las grandes historietas de la literatura mundial y se ha convertido en un símbolo de lucha y de resistencia frente a la opresión y a cualquier forma de dominación. Tiene una épica particular, histórica, un sentido muy profundo de la humanidad, de la organización, de la solidaridad entre los que luchan”, consideró Naddeo. Y no pudo escapar de la actual contienda política. “En estos días estamos viviendo una persecución política todos los que disentimos con el Gobierno de la Ciudad, particularmente en el ámbito educativo. Macri intenta discriminar y prohibir El Eternauta. Y la verdad es que esa obra sigue viviendo. Yo repito algo que dicen los docentes: ‘Cuando Macri sea un mal recuerdo, vamos a recuperar la justicia, la libertad de expresión y de cátedra en las escuelas’.”
Casi todas las disertaciones, además de destacar el talento y el particular estilo de Solano, hicieron eje en el fundamental rol que tuvo el dibujante para conseguir que El Eternauta se convirtiera en una obra inmortal de la narrativa argentina. “Como Solano ha sido el dibujante, pareciera que, por cierta lógica de la realización de la obra, fue el intérprete de algo que creó otro y queda un poco disimulada su condición de coautor”, apuntó Sasturain y remató: “No es el ilustrador de la idea de otro sino que también es autor. Es muy relevante la reivindicación de su papel, de su figura”.
En este sentido, la apasionante historia de una invasión extraterrestre en lugares históricos y reconocibles de Buenos Aires y el conurbano sigue ganando lectores. Una historia atrapante, atemporal, universal y bien contada está destinada a trascender. “Ojalá siga siendo una lectura invitante, no obligatoria porque, si no, sería un embole”, deseó Rep. “Que sea una epidemia de lectura, que no se imponga como esas lecturas malditas que nos han impuesto en la infancia. Y que cuele por el lado más sensual, más allá de otras lecturas que son inevitables en estos tiempos que corren. Larga vida a El Eternauta.”
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