Sería bueno evitar el cliché de comenzar por enumerar todos los tipos de historieta que se podrán encontrar durante los próximos ocho días en la ciudad de Buenos Aires. Pero resulta muy difícil conseguirlo, porque la propuesta del Festival Internacional de Historietas Viñetas Sueltas llama la atención por cantidad y variedad. ¿Cómo está la disciplina en América latina? ¿Hay bande-desinée en Africa? ¿De qué trata el comic documental? ¿Qué artistas argentinos tendrán su merecido homenaje? ¿Qué libros se editaron últimamente? ¿Dónde se consiguen? ¿Cómo funciona la historieta colgada de las paredes? Preguntas todas que se comenzarán a responder hoy a partir de las 14 en el Malba (Av. Figueroa Alcorta 3415, Capital Federal), que seguirán planteándose por toda la ciudad hasta el viernes (5/10) y que explotarán en dos jornadas abrumadoras en Tecnópolis el fin de semana del 6 y 7 de octubre. Una ocasión inigualable, también, para preguntarse de qué habla la historieta argentina de hoy. Cómo se dibuja y qué temas trata.

Esta edición implica el regreso del festival a su plena forma, tras la versión “demasiado suelta” de 2010 y su ausencia en el calendario comiquero de 2011. Desde su primera edición en 2008, Viñetas Sueltas se caracterizó por ofrecer al público autores internacionales de gran nivel que circulan por los espacios más independientes, y al mismo tiempo montar un espacio para el desarrollo de los artistas locales. Además, trabaja fuertemente la relación con distintos espacios de la ciudad, en particular las librerías. Esta edición encontrará al festival potenciado por su incorporación a la grilla de Tecnópolis, donde un conjunto de muestras y actividades acompañará a la Feria de Editoriales que presentará la mayoría de la producción local y un buen número de títulos del exterior.

El encuentro de Viñetas Sueltas y Tecnópolis es fruto de una feliz coincidencia. Mientras avanzaba la organización del festival, las autoridades del parque científico planeaban un festejo por los 100 años de la historieta argentina, que se cumplieron en abril. Cuando el crítico Andrés Accorsi, quien los estaba asesorando, notó la superposición de fechas, advirtió a los grupos, que se sentaron a la mesa y acordaron mudar de sede las actividades centrales del Festival Internacional. Si –como es de esperar– todo marcha por los carriles normales y el encuentro tiene la afluencia de público que se espera, fuentes de la organización comentaron a este medio que aspiran a consolidar la alianza en el futuro.

El cronograma del predio de Villa Martelli aún no está confirmado, pero Página/12 pudo acceder a los planes de la organización y se encontró con media docena de exposiciones, múltiples homenajes y actividades que ocuparán gran parte del predio (ver recuadro).

Viñetas con pasaporte

La llegada de los historietistas extranjeros supone uno de los principales atractivos de cualquier festival. En Viñetas Sueltas es difícil destacar a alguno en particular, pero varios llaman la atención. La estadounidense Sarah Glidden, por ejemplo, viene con los pergaminos ganados del premio Ignatz. Glidden se hizo conocida cuando publicó How to understand Israel in 60 days or less (que Norma Editorial publicó como Una judía americana perdida en Israel) en que narraba sus memorias durante un viaje de “derecho de nacimiento” a la tierra de sus ancestros y expresaba sus tribulaciones en torno del conflicto palestino-israelí con notable sensibilidad. La norteamericana es uno de los exponentes más promisorios de toda la corriente de historieta documental.

De América latina viene un contingente más que interesante. Entre ellos sobresale Renzo Vayra, acaso uno de los mejores dibujantes del continente. El uruguayo es conocido por sus adaptaciones de las fábulas de Juan el Zorro, sobre las que hablará hoy en el Malba junto al argentino Dante Ginevra. La presencia de Vayra supone una doble fortuna. Primero, porque jamás había estado en un festival argentino. Segundo, porque es el único representante oriental en el festival. Sucede que mientras transcurre Viñetas Sueltas, la comunidad historietística uruguaya en pleno está volcada a la Feria del Libro montevideana, en la que participan con su joven asociación profesional.

Del resto de América latina destacan el brasileño Fabio Zimbres, el boliviano Marco Tóxico, los colombianos Joni B. y Truchafrita, y otros representantes de Chile y Venezuela.

Pero acaso los invitados menos esperados son los de Isla de la Reunión. Si –como muchos en el ámbito de la historieta argentina– el lector necesita un mapa para ubicarla, sepa que la isla en cuestión está algo al sur de Madagascar y forma parte de eso que los europeos llaman “territorios de ultramar”. Es, legalmente, territorio francés y de esa tradición cultural extraen su amor por la historieta. Un contingente llega desde allí encabezado por Jean-Luc Schneider, director de la principal editorial local y responsable del festival “Globos en el océano”. A Schneider lo acompañan sus colegas Franck Hippolyte, Téhem, Sabine Thirel y Bobby Antoir. La lista de internacionales la cierran los franceses Olivier Balez (actualmente residente en Chile) y Darshan Fernando.

Viñetas por Buenos Aires

Las actividades comenzarán hoy en el Malba con una jornada dedicada a la relación entre historieta y literatura. A las 14 intervendrán los mencionados Ginevra y Vayra hablando de adaptaciones. A las 16, Max Aguirre entrevistará en vivo a su amigo, el escritor Leonardo Oyola, confeso admirador del noveno arte y autor de la muy disfrutable novela Kryptonita, en la que lleva a la Liga de la Justicia al conurbano bonaerense. A las 17.30 le tocará a Pablo de Santis y Carlos Sampayo exponerse a las preguntas de Juan Sasturain. Viejos conocidos y compañeros de publicaciones varias, dialogarán sobre su “doble vida” como escritores y guionistas de cuadritos. A las 19 llegará la inauguración oficial, con las palabras de Thomas Dassance, director del equipo organizador.

Además, esta semana más “sueltita” que transcurrirá entre hoy y el viernes próximo tendrá tres ejes: presentaciones de libros, muestras y talleres.

Las presentaciones de libros comienzan hoy mismo en la librería Cúspide (Av. Rivadavia 5045) a las 18 con tres libros de historietas para chicos. Esto seguirá el lunes en Hernández (Av. Corrientes 1436), el martes en Nadir (Av. Cabildo 1762). Estas dos últimas, también a las 18. El miércoles a las 17.30 la acción se trasladará a El Ateneo Gran Splendid (Av. Santa Fe 1860).

Los talleres comenzarán mañana y hasta hoy hay tiempo para inscribirse en el Malba. De lunes a sábado se dictará una clínica de guión coordinada por Thirel, Eugeni Zappietro (Ray Collins) y Fernando Calvi. Lunes y martes el uruguayo Vayra dictará un seminario experimental. Miércoles y jueves Carlos Nine dará un cursillo de construcción de historias. Jueves y viernes Glidden abordará los diarios personales como género historietístico y, finalmente, viernes y sábado Balez hablará de la “diagramación de un relato gráfico”. Atención, pues los talleres son las únicas actividades pagas del festival y requieren inscripción previa.

Las muestras son el recorrido destacado. El miércoles a las 18.30 inaugurará la primera, Mi personaje favorito en el Ateneo Gran Splendid, co-organizada con el equipo del Espacio Moebius. Habrá obras en vivo ilustradas durante la última Noche de las Librerías y otras nuevas pintadas en el momento. Además, Gustavo Sala coordinará una charla al respecto con Carlos Nine, Juan Sáenz Valiente, Clara Lagos y Rodolfo Migliari. El mismo día, pero a las 20, el brasileño Fabio Zimbres inaugurará su propia exposición en Musetta Café (Billinghurst 894)

El jueves Glidden presentará la cocina de su próximo libro, en el que investigó el destino de los irakíes refugiados en Siria. En la sala de espera será en uno de los locales de La Revistería (ubicado en Av. Juramento 2385). El viernes le toca al santafesino Guillermo Decurguez, más conocido como Decur. El humorista gráfico, en alza dentro del ambiente, inaugurará El color de mi sueño en Musaraña libros (Gral. José María Paz 1530, Vicente López, provincia de Buenos Aires).

Buenos cuadritos

Que la ciudad recupere su mejor festival de historieta es, de por sí, motivo de celebración. Que lo haga con un crecimiento en cantidad de actividades, es causa justa de festejo. Que además lo haga siendo fiel a los valores que pregonó desde un comienzo, excusa para brindar. Pues Viñetas Sueltas supone una ocasión insoslayable para conocer tendencias actuales de la historieta nacional y mundial, que eluden los lugares comunes. Una chance para tomarle el pulso a la industria editorial, que se dará cita casi en pleno en su feria de comics. Si pispear dentro de una viñeta es mirar un mundo, leer una buena historieta es –como en el cine, la literatura o el teatro– una de las formas de encontrarse con uno mismo. Y a veces es bueno estar dibujado.