Menos de cinco años le bastaron al festival internacional de historietas rosarino Crack Bang Boom para convertirse en fecha ineludible del calendario comiquero nacional e iluminar al sector. Invitados extranjeros de primer nivel, autores nacionales en su mejor momento y próceres de la disciplina, exposiciones bien montadas, editores cazando talentos, libros flamantes y un espíritu festivo son los motivos que convierten al evento en cuadrito indispensable de la historieta argentina contemporánea. Hoy comienza su cuarta edición, que se extenderá hasta el domingo en el Centro de Expresiones Contemporáneas (Sargento Cabral y el Río, Rosario) y otras sedes de la ciudad.

Este año el artista homenajeado será el guionista y escritor de relatos policiales Eugenio Zapiettro, más conocido como Ray Collins (autor de Precinto 56, Aguila Negra, Rocky Keegan, Henga y otras). Entre los muchos invitados internacionales se destacan particularmente Paul Pope (Supertrouble, TBH, Batman Año 100) y David “yo diseñé la máscara de V for Vendetta que usan los de Annonymous” Lloyd. Del mercado norteamericano también llegará Scott Allie, editor en jefe de Dark Horse Comics y responsable detrás de lanzamientos como Hellboy, de Mike Mignola. Allie revisará carpetas de trabajo de autores argentinos.

La avalancha de cuadritos internacionales no se detendrá allí, pues la edición de este año trae la novedad del “país invitado”, que será Brasil. El gigante latinoamericano siempre tuvo su peso en Crack Bang Boom. Los primeros años, con algunos autores y todo otro montón de dibujantes vecinos que llegaban de puro entusiasmo, por las buenas referencias de sus compatriotas. La formalización de la colaboración, ahora, servirá para que la Editorial Municipal de Rosario publique dos novelas gráficas: Oeste sangriento, de Marcelo y Magno Costa (una suerte de western con gatos y ratones), y Banda de dos, de Danilo Beyruth (ambos títulos se presentaron ayer por la tarde en el Centro Cultural Brasil-Argentina, de Buenos Aires, como antesala del festival). De yapa, habrá un adelanto del país invitado del año próximo, en una “batalla de dibujantes” entre los argentinos y los franceses de Lyon BD, el festival galo cuyos representantes anduvieron por estas tierras a la pesca de intercambios culturales hace algunos meses.

Además del homenajeado Collins, habrá otra quincena de autores argentinos, desde figuras como Carlos Nine, Lito Fernández, Domingo “Cacho” Mandrafina y Patricia Breccia hasta jóvenes que suenan cada vez más fuerte, como Alejandra Lunik, Pablo Túnica, Manuel Depetris o Jok. También tiene lugar en este contingente el cineasta Nicanor Loreti, que estará presentando su film Diablo. Este es el segundo año que el festival trae a un director dedicado al cine de género. Otra experiencia que se repetirá esta edición será el concurso de cosplay, programado para el domingo a la tarde. Si el clima acompaña, volverá a realizarse en la explanada exterior del CEC, a la vera del río Paraná, con la caída del sol.

Pero para entender el lugar que ocupa Crack Bang Boom en el circuito historietístico local no alcanza con considerar a los invitados ni las actividades especiales. El entusiasmo explica por ejemplo que algunas editoriales solventen las estadías de sus autores o que planifiquen sus lanzamientos para la época del festival. Los cordobeses de Llanto de Mudo, por caso, llegarán al evento con una docena de libros nuevos que durante un tiempo no podrán conseguirse en otro lado, pues irán saliendo al mercado en tandas. La joven editorial Dead Pop también aparecerá con tres títulos. OvniPress, licenciataria en la Argentina de los comics de Marvel, de Star Wars y The Walking Dead, también eligió Rosario para presentar su primer título de autores argentinos en varios años. Se tratará de una antología de zombies.

Y se presentarán alrededor de 25 nuevos títulos a lo largo de las cuatro jornadas rosarinas, sin contar los fanzines, que también tendrán su sector. Por si ello no bastara, la inquietud de los responsables de los sellos más pujantes del sector llevó a que el encuentro habilitara un espacio para un Encuentro Nacional de Editores.

Muestras todoterreno

Crack Bang Boom presenta varias muestras. Como en cada ocasión, las habrá de todos los autores invitados, además de los ganadores del concurso del festival. Este año la convocatoria fue para historietas cortas de temática policial, en homenaje a Collins. El primer premio, con una dotación de 1500 pesos, fue para Estocolmo, de Iñaki Aragón y Patricio Delpeche, mientras que el segundo puesto, por 500 pesos, fue para Margaritas, de Luis Roldán. Además, se destacó con un tercer premio a Mesías, de Federico Grunauer y Mariano Javier Cutropia, y dos menciones para Mediático, de Nicolás Martín Alessandro y Julián Rocha, y El último vals de la dama de negro, de Ariel Grichener y Andrés Casciani.

A esto hay que sumar dos muestras de homenaje a Roberto Fontanarrosa: Entre amigos I y Entre amigos II se exhibirán en el centro cultural recientemente rebautizado con el nombre del Negro. Y como si no hubiera suficiente para ver, también hay que considerar Infinito interior, la muestra itinerante de Ciruelo, que incluyó Crack Bang Boom en su gira 2011-2014 y estará en la Plataforma Lavardén.

Por volumen y calidad de su propuesta, Crack Bang Boom promete revalidar este 2013 el papel preponderante que se ganó en el circuito local. Lo único que queda ver es si consigue superar los 12.000 asistentes del año pasado y repetir la mística del buen clima: de 2010 en adelante, cuando hay Crack Bang Boom, en Rosario sale el sol.