MEDIOS › AMY GOODMAN Y UNA CHARLA IMPERDIBLE EN LA CONFERENCIA Y ASAMBLEA DE LA AMARC
La periodista estadounidense que logró transformarse en una voz alternativa a las grandes cadenas mediáticas de su país protagonizó el encuentro más jugoso de la jornada de ayer en La Plata, que hoy emitirá su declaración de clausura.
› Por Facundo García
Amarc 10, la décima Conferencia y Asamblea de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias, sigue haciendo de La Plata un epicentro de noticias que rebotan por todo el planeta a través de miles de emisoras. Quien tomó la palabra ayer fue Amy Goodman, la periodista estadounidense que logró transformarse en una voz alternativa a las grandes cadenas mediáticas a través de su noticiero de radio y TV Democracy Now! (“¡Democracia Ya!”). El título de su charla fue Romper la barrera del silencio: el rol de los medios alternativos en la promoción de la justicia social. Pura artillería pesada contra los poderes del statu quo, por parte de una mujer que más de una vez le ha puesto el cuerpo al oficio.
“Yo veo a los medios como la mayor fuerza para lograr la paz. No obstante, hoy se los usa para dar volumen a los tambores de la guerra”, acusó la activista. “Y por eso estamos acá. Porque estamos cansados de que se nos imponga como inevitable la masacre económica y la violencia como modo de resolver los conflictos.” Las palabras de la oradora flotaban en el enorme hall del Centro Cultural Pasaje Dardo Rocha y la audiencia asentía. Pero décadas de concentración informativa han conseguido correr los debates tan a la derecha, que argumentos racionales como los de Goodman se cubren de un innegable barniz utópico. “Ocurre que nos encontramos ante un presente que se nos muestra falseado. No hace mucho escribí junto a mi hermano David Goodman un libro que se llama Static (Estática). Lo nombramos así porque aun cuando actualmente tenemos tecnologías digitales seguimos sufriendo interferencias; velos que nos impiden percibir nítidamente la realidad”, describió la comunicadora. De ahí que la dimensión comunitaria emerja como puente posible entre el plano concreto y el simbólico. Dijo Goodman: “Es hora de crear esas herramientas globales que amplifiquen las perspectivas de las bases. Porque no somos una mayoría silenciosa. Somos una mayoría silenciada”.
Desde 1996, Democracy Now! El informativo de guerra y paz ha ido conquistando una audiencia que sigue diariamente sus emisiones. Y se produce en Nueva York, pero ha conseguido articular una de las mayores redes de medios de comunicación públicos de EE.UU., llegando a más de ochocientas cincuenta radios y canales de TV. Se emite por NPR (Radio Pública Nacional), estaciones comunitarias y universitarias; canales de cable, PBS (televisión pública), televisión por satélite y como “podcast” por Internet, entre otros medios. Su versión en español ya tiene un lustro de existencia. ¿La base de semejante crecimiento? La confianza en la independencia de los que informan. El proyecto se financia completamente a través de contribuciones de espectadores y fundaciones, sin aceptar anunciantes ni donaciones de corporaciones o gobiernos. “Lo maravilloso es que esta independencia nos permite ampliar la base de nuestras fuentes, y no recurrir a esa galería de personajes que siempre anda dando vueltas en las pantallas, opinando sobre todo aunque no sepan nada”, disparó Goodman.
Para la norteamericana, es igualmente preocupante que ese velo discursivo se tienda “valiéndose de la utilización de un tesoro nacional como es el espectro radioeléctrico”. A modo de ejemplo, se refirió a lo ocurrido el pasado 20 de octubre, cuando –en la que será recordada como la mayor filtración de documentos militares de la historia estadounidense– el sitio Wikileaks (www.wikileaks.org) difundió textos secretos sobre los abusos que son moneda corriente en Irak. “Esos 390.000 informes, que en muchos casos son bitácoras escritas por los mismos soldados, demostraban irrebatiblemente que los vejámenes, las violaciones y las torturas eran una cuestión cotidiana. Sin embargo, por esos días yo no vi a ninguno de los talks shows de actualidad de los Estados Unidos referirse a estas revelaciones.”
En contraste, Democracy Now acompañó la difusión de los datos que lanzó Wikileaks con una entrevista a Daniel Ellsberg, el hombre que en los años setenta se jugó la vida fotocopiando papeles del Pentágono en los que se explicaban los horrores que eran rutina en Vietnam. “El es un referente. En la época de Ellsberg no había Internet y, a pesar de eso, sus datos llegaron a la opinión pública y aceleraron el fin de la guerra. En la charla que mantuvimos hizo un llamamiento que comparto. Dijo que aquellos que tenían puestos en los que manejaban información de esa especie tenían el deber humano de no ocultarla. La información es poder que le permite a la gente decidir, por eso es tan importante lo que hacen todos ustedes desde sus transmisiones.”
Goodman ha recibido el premio a la trayectoria Right Livelihood Award, conocido como “el Premio Nobel Alternativo”, por su trabajo para desarrollar “un modelo innovador de verdadero periodismo político independiente de base que acerca a millones de personas las voces alternativas que son excluidas de los grandes medios”. Frente a un ecosistema mediático lleno de bufones que usan la máscara de la imparcialidad para ocultar sus pústulas morales, la mujer habló desde una postura ética, espiritual y hasta ovárica sobre lo que significa informar. “A esta altura ya no se trata de hacer un ‘llamamiento profesional’, sino de la necesidad espiritual de volvernos periodistas en serio. En una coyuntura como ésta, decir la verdad equivale a salvar vidas.”
En la mesa –coordinada por Steve Buckley, presidente de Amarc– también estuvo Marcela Cardillo, Subsecretaria de Gestión Cultural de la Nación. La funcionaria sumó algunas referencias nacionales a la exposición de la estadounidense. “Nosotros hemos sufrido en carne propia las consecuencias de los cercos informativos. Basta recordar los archivos que retuvieron y retienen los genocidas en relación con las personas desaparecidas, y la complicidad que tuvieron los medios en todo ese proceso”, señaló la funcionaria. En ese sentido, complementó Goodman, “las Madres de Plaza de Mayo son un modelo a seguir para todos nosotros”.
* Más información en www.democracynow.org o en amarc10.amarc.org
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