JOSé NUN Y EL SEGUNDO CONGRESO ARGENTINO DE CULTURA
El secretario de Cultura de la Nación anticipa las líneas centrales del encuentro que se realiza desde hoy en la ciudad de San Miguel de Tucumán y analiza los beneficios concretos que implica llevar adelante una gestión “poco espectacular”.
› Por Silvina Friera
“La cultura ha ido ocupando un lugar cada vez más relevante en la agenda del gobierno nacional”, dice José Nun, secretario de Cultura de la Nación, a PáginaI12. En el balance que hace, de cara al Segundo Congreso Argentino de Cultura, que comienza hoy en Tucumán y se extenderá hasta el domingo, matiza los progresos sustantivos con las cuentas pendientes. “Ya no basta con quedarse en el plano de las enunciaciones generales, característica de las efemérides patrias. Nosotros podemos mostrar con nuestro trabajo cómo estamos incidiendo concretamente en la población de la Argentina a través de un trabajo incesante, poco espectacular, pero que produce cambios.” El caballito de batalla de Nun es el programa Libros y Casas –que entrega una biblioteca equipada con 18 libros a las familias beneficiarias del Plan Federal de Viviendas– adoptado por Cuba, México y Chile.
“En muchísimos lugares del país es la primera vez que han tenido un libro en su casa”, confirma el secretario. “Sería una propuesta chueca, si se agotara en entregar sólo las bibliotecas. Después mandamos expertos en la promoción de la lectura para que la gente se familiarice con el uso de los libros. Ahí se producen diálogos y discusiones muy enriquecedores en una población que se suele considerar pegada al aparato de televisión y desinteresada de los temas colectivos. Eso es falso; en la medida en que no hay una oferta adecuada, se vuelve una profecía autocumplida.”
El financiamiento de la cultura, uno de los temas que discutirán en Tucumán los funcionarios y gestores de cultura de todo el país, está entre las cuentas pendientes. “A nivel nacional, hemos obtenido ampliaciones muy significativas del presupuesto, es verdad que partiendo de niveles muy bajos como era el 0,17 por ciento. Lo presupuestado para el año que viene se acercará a triplicar esa cifra, entre 0,30 y 0,35, una cifra impresionante para la Argentina, pero justamente por el nivel tan bajo del que se partió –plantea Nun–. En el caso de Brasil, están en 0,6, México otro tanto. La Unesco recomienda el uno por ciento, y los países desarrollados están entre el 4 o 5 por ciento. Desde este punto de vista, estamos contentos pero atrasados.” Nun cuenta que está en estudio el diseño del proyecto de Ley Federal de Cultura. “Hay dos grandes modelos en los que uno se podría inspirar, la Ley Nacional de Turismo y la Ley Federal de Educación, que plantean diferentes modos de gestión federal. Cada uno tendrá sus opiniones, argumentos y preferencias. Yo tiendo a inclinarme más por una organización parecida a la de la Ley Nacional de Turismo, que implicaría un trabajo permanente de diálogo con las provincias y la constitución de un Concejo Federal de Cultura, que tendría carácter consultivo. Pero no me gustaría avanzar más que esto, porque es un tema que requiere de un debate lo más abierto y amplio posible, y que va a llevar tiempo. Pero de este Segundo Congreso puede salir el esbozo del proyecto que enviaremos al Parlamento.”
La primera conferencia, que abrirá el Segundo Congreso de Cultura en Tucumán, será la del economista Aldo Ferrer, el autor de Vivir con lo nuestro. Tristán Bauer, Jorge Coscia, Juan Sasturain, Mempo Giardinelli, Eric Calcagno, Horacio González, Octavio Getino, Cristian Alarcón, Liliana Mazure, Alicia Kirchner, Carlos Tomada, Rosario Lufrano, Gabriel Mariotto, Gustavo López y Hernán Lombardi, entre otros, participarán en mesas redondas y conferencias. Nun, cuya conferencia se titula “Del mito de Protágoras a la crisis de Wall Street”, advierte que no existe ninguna gestión cultural que no parta de un diagnóstico político, sea explícito o no. “Lo peor es cuando no es explícito, porque los propios encargados de cultura no se dan cuenta de lo que están haciendo, y esto hace que no sea tan extraño que algunos secretarios de Cultura afirmen que su tarea es puramente técnica. Esto no se sostiene de ninguna manera. Las intervenciones en cultura implican decisiones políticas, inclusive las no intervenciones. Van Gogh o Cézanne se murieron de hambre y eso fue producto de una política cultural del Estado francés. De manera que la no intervención es una política, y es importante que la gente tome conciencia de que esto es así, y de que la cultura es un derecho tan importante como los derechos civiles, políticos y económicos. La cultura es un derecho fundamental y así está establecido por nuestra Constitución nacional.”
–El ministro de Cultura de la ciudad, Hernán Lombardi, que participa en este congreso, dijo que su gestión en estos años fue débil, poco espectacular...
–Sí, probablemente Lombardi haya dicho que mi gestión no es espectacular: yo también diría que mi gestión no es espectacular porque no estoy dedicado al espectáculo, y la ciudad de Buenos Aires está acostumbrada al espectáculo. En vez de gastar los fondos que tenemos para nuestros programas, podríamos destinar cien mil pesos para hacer un gran espectáculo en el Obelisco. Haríamos un gran evento gratuito, a la noche, con un conjunto de rock o una cantante pop que está actuando en algún teatro comercial. La incidencia que esto tiene en el modo de concebir la vida en común, la sociedad, de darle sentido a la realidad, que de eso se trata cuando se habla de cultura, es totalmente efímera, pero sí le da réditos políticos al funcionario. Que la gestión sea poco espectacular me parece que es una definición no tan desacertada.
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