La ciudad será invadida por cronopios y famas durante un mes y medio. A 25 años de la muerte de Julio Cortázar, la efemérides le pasa el trapo con lavandina a las polémicas añejas y a las omisiones oficiales. Las destiñe y borronea. Mejor esconder el polvo, o las manchas, debajo de la alfombra por donde, ciertamente, se reciclaron muchos de los que consiguieron que el autor de Rayuela no fuera recibido en su momento por el ex presidente Raúl Alfonsín. Claro que de eso no se habla. Al contrario, se asocia la fecha de la muerte del escritor con el renacer de la democracia.

El ministro de Cultura, Hernán Lombardi, presentó ayer en el Anfiteatro de la Biblioteca Ricardo Güiraldes la programación cultural organizada en homenaje a Cortázar, acompañado por la subsecretaria de Cultura, Josefina Delgado; la directora general del Libro y Promoción de la Lectura, Alejandra Ramírez, y esa “loca linda”, la artista plástica Marta Minujín, que conjuró tanta impostura biempensante. La “loca linda”, con esa forma de hablar como si tuviera un caballo galopando los cien metros finales por su lengua, explicó cómo será la intervención urbana que realizará en la Avenida 9 de Julio, donde instalará 300 rayuelas. El único requisito para lanzar la piedra y pegar los saltitos que llevarán a los jugadores de la tierra al cielo será llevar una página de Cortázar.

La primera piedra de la serie de homenajes se arrojará mañana, en el aniversario de la muerte del escritor, con el preestreno de la película Mentiras piadosas, de Diego Sabanés, protagonizada por Marilú Marini, Walter Quiroz, Rubén Szuchmacher, Lydia Lamaison y Víctor Laplace, basada en el cuento “La salud de los enfermos”. Durante el mes y medio de actividades gratuitas, que incluirán seminarios, obras de teatro, conferencias, lecturas, narraciones y espectáculos infantiles, participarán Ana María Bovo, Horacio Peña, Ana Padovani, Luisa Valenzuela, Rodolfo Rabanal, Gonzalo Garcés, Sara Facio, Elsa Drucaroff, Gustavo Nielsen, Pedro Mairal, Marcela Ferradás y Patricia Suárez, entre otros artistas y escritores. La intensa lluvia, que demoró la llegada del ministro, le permitió a Minujín descontracturar la espera, que sin la pequeña performance de la artista plástica hubiera sido más que soporífera. En una bolsita transparente llevaba el diseño de sus futuras rayuelas –visualmente impactantes por la fosforescencia que irradia de la combinación de fucsias, amarillos, violetas, naranjas, azules y celestes, entre otros colores– y se los mostraba a los periodistas mientras hablaba a la velocidad Minujín, sin pausas. “El método es usarlas bien para que duren”, dijo sobre las telas-rayuelas, seis por carril, que serán adheridas al suelo de la avenida 9 de Julio, entre Lavalle y Córdoba, una hora antes de cortar el tránsito vehicular, el próximo 21 de marzo, en el cierre de los homenajes. De repente, la artista plástica empezó a lanzar el símil de piedra rosa de telgopor a los periodistas, como si fuera una niña que quiere jugar y nadie le lleva el apunte. “¡Viste que no pesa nada!”, le dijo a una periodista que recibió el primer “misil” Minujín.

Tarde pero seguro, el ministro llegó pasado por agua. “Aun en esta tarde porteña de lluvia es muy placentero pensar que los porteños vamos a homenajear a Cortázar”, arrancó Lombardi. “En el fondo queremos que estas actividades impliquen una celebración viva. La mejor manera de estimular el hábito de la lectura es contagiar el entusiasmo de quienes somos lectores”, agregó el funcionario. El propósito, según Lombardi, es “que Cortázar presida por un mes la vida de los porteños”. Después de admitir que su libro preferido es Queremos tanto a Glenda, se refirió al espíritu “lúdico, transgresor”, pero también “rebelde” del escritor. Ramírez anunció que se convocará a saxofonistas para el cierre de las actividades. Los artistas interpretarán temas de Charlie Parker, músico de jazz que fue la arcilla sobre la que Cortázar modeló su cuento “El perseguidor”.

Minujín comentó, con ese tonito de niña medio distraída que sin querer queriendo apunta al blanco, cómo fue que se le ocurrió hacer las rayuelas. “Ya que este gobierno es tan pro juegos y pro poesía y pro todo, juguemos en la 9 de Julio un juego metafísico que nos lleva de la tierra al cielo.” La artista explicó que la avenida 9 de Julio es “ideal” para instalar el sentido de lo lúdico. La gente podrá jugar si se acerca con un libro de Cortázar. Quienes alcancen varias veces el cielo se llevarán una piedra firmada por Minujín. Posteriormente, las rayuelas serán donadas a las escuelas públicas de la ciudad. “Va a ser un evento mundial que va a demostrar que los argentinos somos más alegres que todos los países del mundo juntos”, remató la “loca linda”.