“OTRO DECIR”, UNA MUESTRA DE PACIENTES DEL BORDA
La creación como terapia
› Por Oscar Ranzani
“El arte nace del sufrimiento”, señala una frase acuñada por algún espíritu sensible. La expresión tiene su costado positivo: ante la insatisfacción con el mundo, el ser humano no pierde sus cualidades creativas. Para poner en práctica esa potencialidad creadora se organizó la muestra Otro decir en el primer subsuelo del Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543), que puede visitarse hasta este lunes. Allí pueden verse obras plásticas realizadas con distintas técnicas (acrílico sobre tabla, carbonilla y pastel sobre papel, collage sobre papel) por ocho pacientes del Hospital Borda que participan de uno de los talleres de plástica impulsado por el Servicio de Arteterapia y Actividad Corporal del neuropsiquiátrico.
El coordinador del taller, Claudio Nani, es también psicólogo y artista plástico y desde hace once años apunta a que la cultura intrahospitalaria salte el muro para que el mundo de la razón pueda ver la producción artística de los pacientes a través de una mirada que no estigmatice. “El planteo del taller es articular lo clínico y lo artístico sin desmedro de lo clínico ni de lo artístico”, explica Nani a Página/12. Nani resalta la importancia de la “circulación social” que se produce a través de estas exposiciones (durante diez años los trabajos de los pacientes se presentaron en el Centro Cultural Recoleta) para que las obras “no queden solamente en el hospital o en circuitos hospitalarios como muestras internas o que se hacen solamente para pacientes. La idea es restituir a estas personas como autores en la comunidad”, enfatiza.
“En general, en el trabajo con pacientes lo que uno encuentra es facilidad para pintar”, detalla Nani y aclara que “no para la cuestión técnica” pero sí “para lo que tiene que ver con lo esencial de la pintura, lo que sería como la pintura pura”. A la vez, el coordinador encuentra iniciativa de estilo: “Cada uno tiene una forma de pintar o un estilo bastante marcado”. A la hora de comentar la modalidad de trabajo, el psicólogo que, además, es pintor del barrio de La Boca, señala que no se trabaja “con consignas sino con sugerencias” y que la intención es “que cada uno vaya haciendo un camino muy personal con el tema de la pintura”.
El equipo está integrado por artistas plásticos y psicólogos y cada uno de ellos tiene un rol específico. “El psicólogo está para escuchar al paciente y para ver qué es lo que tiene para decir respecto de la clínica en la circulación que se haga de la obra del paciente”, detalla. En cuanto al artista plástico, Nani subraya que trabaja “con una mirada que trata de calcar la mirada de la comunidad. Si hay artistas plásticos o estudiantes de Bellas Artes y el paciente pide una opinión, se le da la opinión respecto del cuadro como se le daría a cualquier persona que pinta para que pueda tener acceso justamente a esa mirada que ocurre en la comunidad”, asegura.