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Entre las novedades que la organización del Bafici anunció para esta edición se cuenta la sección de cine para chicos, Baficito. Catorce largometrajes y cuatro cortos apropiados para distintas edades. Prácticamente todas son historias animadas, con las excepciones notables de la argentina Básicamente un pozo y la taiwanesa Orz Boyz.

En un campo dominado por la factoría Disney-Pixar, la selección del Baficito demuestra que hay mucho más para dar. Los dos “foquitos” de la sección, por caso, dan cuenta de estilos distintivos. Por un lado aparece la “trilogía McDull”, tres films de Hong Kong inspirados en una historieta asiática protagonizada por un pequeño cerdito candoroso, ingenuo y algo torpe, con tanta devoción por su madre como por la comida. Se trata de My Life as McDull, McDull, Prince de la Bun, y McDull, The Alumni.

Mcdull no es siempre el más lúcido de los puerquitos y así resulta el vehículo ideal para plasmar en la pantalla las dudas, sueños y esperanzas de los chicos más pequeños. Sus relatos son, en esencia, una mirada de niño sobre la vida adulta, mientras que para los que ya la pasaron hace rato, son una visión melancólica sobre la niñez.

El otro “foquito” se centra en uno de los grandes de la animación francesa: Michel Ocelot, honrado con tres films y una selección de capítulos de una serie realizada para la televisión francesa.

Las películas presentan dos aventuras de Kirikou (un niño que nació sabiendo hablar, caminar y actuar como un adulto) y Azur et Asmar, una historia épica realizada íntegramente por computadora.

En el otro extremo del arco tecnológico, Princes et princesses, las historias pensadas para la TV, son una maravilla de la artesanía. Apelando a los recursos del mejor teatro de sombras y combinando fondos exquisitos con personajes hechos en papel, Ocelot se las ingenia para mostrar historias universales en varios sentidos. Primero porque convirtiendo en sombras a los personajes facilita la identificación de todos los espectadores y estimula su imaginación. Segundo, porque no se limita a la tradición medieval europea, sino que explora la realeza en otras culturas pasadas y futuras. Con los cuatro films, queda patente la versatilidad del talento narrativo de Ocelot.

En un registro más clásico para la animación francesa está Mia et le Migou, de Jacques-Rémy Girerd, una fábula mágico-ecológica situada vagamente en un futuro inquietantemente cercano. En la historia, el viaje de una niña para encontrar a su padre la involucra en una lucha desesperada por salvar al planeta y a los “migous”. La animación digital, tan en boga en estos días, también tiene su espacio con la húngara Egon & Dönci y con la coproducción franco-estadounidense Igor, que pronto llegará a las pantallas comerciales locales. También digital, pero con una estética más cercana a la de los canales infantiles de TV cable, está The Secret of the Kells, una coproducción irlandesa-franco-belga.

Dando un paso al costado de los dibujos, Orz Boyz presenta una emotiva historia de fantasía, sobre dos niños que se forman su propio universo para lidiar con el que no les queda más remedio que vivir.

Por último, los porotos argentinos de la sección están depositados en el Grupo Humus, que presenta Básicamente un pozo, un gozoso delirio sobre un profesor de literatura que embarca a un pueblo en la quimérica tarea de atravesar la tierra de lado a lado con un túnel, a fin de crear una suerte de sistema de movimiento perpetuo. Además, ésta se proyectará en función especial gratuita y al aire libre este sábado a las 15 en el Pasaje Carlos Gardel al 3100, junto a una selección de cortometrajes.

Valga, sin embargo, una advertencia: todos los films se proyectan en su idioma original y con subtítulos en español. Esto puede perjudicar particularmente la experiencia de los chicos con las películas asiáticas.

* Quedan media docena de funciones del Baficito por día de aquí al domingo. Más información en www.bafici.gob.ar/home09/es/films/sections_index.html