A pesar de la crisis internacional, Harry Potter y el misterio del príncipe, la sexta entrega de la saga cinematográfica del mago de J. K. Rowling, recaudó casi 20 millones de dólares en su estreno realizado el martes durante la medianoche estadounidense. La cifra, que supera los 18 millones que amasó el año pasado la premier de Batman, el caballero de la noche y los 17 de La guerra de las galaxias: episodio III, se perfila así como la mejor recaudación de estreno nocturno de todos los tiempos. De hecho, la primera proyección al público de su antecesora, Harry Potter y la orden del Fénix, juntó –hace exactamente dos años– ocho millones menos (que devinieron, en cinco días en cartelera, 139,7 millones de dólares). Tal vez una de las causas de este incremento de asistentes pueda hallarse en el visto bueno del Vaticano hacia la nueva película del joven brujo. Es que las otroras críticas del papa Benedicto XVI al libro de Rowling son ahora alabanzas al film: según L’Osservatore Romano, el diario oficial del Vaticano, la nueva película muestra que el bien debe triunfar sobre el mal y que, a veces, eso conlleva víctimas. Hasta los cristianos más devotos se habrán sentido atraídos a presenciar el estreno cuando leyeron en el mismo periódico que la Santa Sede aprueba incluso las escenas de amor entre el alumnado de Hogwarts. La película encontró “el equilibrio justo”, se considera en la publicación. En 2003 Benedicto XVI –por entonces cardenal– criticó en duros términos al aprendiz de mago y su mundo de fantasía sobrenatural. “En Harry Po-tter hay sutiles corrupciones que pasan desapercibidas, y que por eso influyen profundamente y descomponen el alma del cristianismo antes de que ésta pueda apenas desarrollarse”, escribió en aquel entonces Joseph Ratzinger.