Jueves, 24 de diciembre de 2009 | Hoy
TICKETMASTER QUIERE INCORPORAR A LIVE NATION
Salas de conciertos de rock y organizaciones de derechos de los consumidores en Estados Unidos se oponen a la posible fusión de los colosos de la organización de eventos Ticketmaster y Live Nation, que les permitiría ejercer en la práctica un monopolio sobre el negocio de la música en vivo. Famosos clubes de todo el país comenzaron a enviar correos electrónicos a los miembros de sus públicos habituales después de conocerse que la fusión fue aprobada esta semana en Gran Bretaña. Se estima que Ticketmaster ya controla entre un 70 y 80 por ciento de la venta de entradas para conciertos en Estados Unidos, y genera enormes ganancias a través de los aranceles que aplica por encima del precio de los recitales, establecidos por los promotores o por organizaciones como Live Nation.
El gigante puso ahora sus ojos precisamente sobre Live Nation, el mayor organizador de conciertos y el segundo vendedor de tickets, que tiene entre sus clientes a U2, Madonna y Shakira. “Como frecuentadores de conciertos, ustedes ya sintieron el dolor, y si Ticketmaster y Live Nation se salen con la suya, será todavía peor”, indicó un correo electrónico difundido y firmado por algunas de las más populares salas de la ciudad de Washington, entre ellas 9.30 Club, I.M.P., Merriweather Post Pavilion y The Black Cat. Según estos clubes y algunas organizaciones de derechos de los consumidores, desde que Live Nation comenzó a controlar la mayoría de los conciertos en el país, en los últimos doce años, los precios de las entradas para ver grupos de música pop y rock en vivo crecieron un 82 por ciento, contra el 17 por ciento del alza de los precios al consumidor en general. “Tememos que si se permite la fusión de los dos colosos de los conciertos, la variedad y la calidad de los artistas que tocarán en salas locales se verán afectadas, y los costos para los asistentes se alzarán todavía más y más rápido”, decía el texto.
Ticketmaster ya había sido el blanco de una dura campaña en contra en 1994, cuando Pearl Jam acusó a la empresa de no querer rebajar sus aranceles sobre la venta de entradas para sus conciertos ante las autoridades antimonopólicas norteamericanas. Los músicos querían, en ese entonces, que los tickets no superasen los 20 dólares y que el arancel de Ticketmaster llegara hasta 1,80 dólar. Al final, la Justicia falló en favor de la empresa y Pearl Jam debió suspender su tour de aquel año. Conciertos a solamente 20 dólares son, en la actualidad, sólo posibles en salas de renombre local y con actuaciones de grupos que todavía no alcanzaron gran fama. Por ejemplo, Ticketmaster vende en estos días entradas para ver a los Black Eyed Peas por 65, 95 y 130 dólares en el Mandalay Bay Resort de Las Vegas, más impuestos y arancel de Ticketmaster.
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