Domingo, 24 de enero de 2010 | Hoy
LAS ACTIVIDADES CULTURALES DURANTE EL FESTIVAL
Mientras la música ocupa la plaza y sus aledaños, otras cosas suceden: en el Congreso del Hombre Argentino y su Cultura, José Pablo Feinmann, Miguel Angel Estrella y Rep se dedicaron al pensamiento, en charlas imperdibles.
Por Cristian Vitale
Desde Cosquín
“Un culo es ideología pura.” Muchas cosas pueden pasar en Cosquín, más allá del habitual ocurrir de la plaza y sus peñas. Muchas, como ver gauchos a caballo desfilando por el río o la peatonal, toparse con muestras, recitales callejeros, altavoces en camioneta difundiendo movidas de punta a punta, o gente tocando el bombo en cada esquina. Pero siempre hay lugar para lo inesperado. A nadie se le hubiese ocurrido así de fácil, aunque sea en los márgenes de un festival de folklore, plantear que un culo es ideología pura. A nadie que no fuera, claro, José Pablo Feinmann. Un dedito fulminante en la cola de la tontera de la argentinidad actual. Feinmann salió con este formidable cross a la mandíbula del sistema-oposición en el marco del 24 Congreso del Hombre Argentino y su Cultura, cuyo cierre será el mismo día que el del festival (domingo 31) en la Escuela Julio Argentino Roca, ubicada en diagonal a la otra plaza del pueblo. “Nadie nace sabiendo lo que quiere. Digo, nadie nace destinado a los culos de Tinelli. Se los meten. Un culo es ideología, porque tiene el destino concreto de paralizar la capacidad crítica del receptor. Es decir, un tipo trabaja todo el día, come mal, vuelve cansado. Si escucha radio, le dicen lo que tiene que pensar. Llega a la noche cansado ¿y qué ve?: esas minas que pone Tinelli, que son lo imposible para él, porque ese señor no va a tener una de esas minas en la vida. Lo que va a hacer esa noche si tiene sexo con su mujer es taparle la cara con la almohada e imaginarse que es Luli in Love”, dijo el filósofo y escritor, ante las risas y aplausos de la concurrencia que colmó el patio de la escuela.
La charla apertura del Congreso –organizado por la Municipalidad de Cosquín y el canal Encuentro– también contó con la presencia de José María Castiñeira de Dios, Miguel Rep, Ignacio Hernaiz –director del canal– y el pianista Miguel Angel Estrella, que fue homenajeado por las autoridades y se le animó al viejo pianito de la escuela para tocar chacarera, zamba, milonga y una breve pieza de Bach, recordando sus vivencias de exilio en París junto a Atahualpa. “Quiero transmitir un pensamiento muy fuerte de Yupanqui, un hombre que, para beneplácito de mis hermanos, formó parte de nuestro paisaje adolescente. El tenía una enorme pasión por la música de Bach... decía que cualquiera que, durante un año y medio, escuchara media hora de su música todos los días, terminaba siendo mejor persona. Venía a mi casa de París con mucha frecuencia. Llamaba por teléfono y decía ‘prepárenme un pollito sin sal, con mucho limón, y aparezco mañana al mediodía’. Cuando llegaba, lo primero que hacía era sentarse al lado del piano y decirme ‘Changuito, limpiame el alma. Tocá Bach’”, dijo Estrella, antes de entrarle a la emotiva pieza del genio de Leipzig.
La fecha apertura deslizó lo que sería el hecho clave de la posterior: el homenaje a Fontanarrosa, la permanencia de su memoria a través de la muestra Los Mendietas, montada en la escuela con 24 reproducciones en fibra de vidrio del perro parlante que acompañaba a Inodoro Pereyra, desde los ’70 hasta el final del rosarino mágico. “El Negro fue uno de los que me metió Cosquín de otra manera, porque la verdad nunca fui muy amigo del folklore ni del tango, pero mucho del folklore que me ronda en la cabeza es por él. Por las inolvidables citas de Inodoro”, dijo Rep. El Congreso, que ayer contó con la presencia del secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, y del intendente de Cosquín, Marcelo Villanueva, prosigue hoy y mañana con el estreno de la obra infantil Ciencia con Experiencia, de Sol Canesa y Emiliano Larea (Paka Paka); continúa el lunes con la proyección de la serie Presidentes de Latinoamérica en el microcine de la Dirección de Cultura de Cosquín y finaliza el 31 con la permanencia de Los Mendietas.
Y la reminiscencia de ese culo. Feinmann puso en eje la sentencia y, para concluir, siguió con el ejemplo del tipo, una especie de Doña Rosa en masculino. “Ese señor durante todo ese día no vivió”, retoma. “Estuvo muerto, realmente muerto, porque no hubo un momento en él en el que un pedacito así de subjetividad autónoma le surgiera. La conquista a la que tenemos que llegar es lograr algo propio, algo nuestro, algo que sea distinto de lo que nos tira encima el poder que hoy, en Argentina, no tiene nada enfrente. Estamos ante una revolución comunicacional que tiende, como dice Foucault, a sujetar al sujeto. A que los sujetos no tengan ni media idea propia, porque si algo llega a filtrarse por una hendija, cambia la realidad ¿no? El tipo no habla, es hablado; no piensa, es pensado. Heiddeger llamaba a esto la existencia inauténtica... el existente inauténtico que vive en estado de interpretado. El gran desafío es cómo salir de esto cuando los medios están en manos de un poder que quiere colonizar las subjetividades. Para eso estamos acá”, epilogó ante otro aplauso cerrado y, por qué no, un poquito más esperanzado. Otro color más intenso para la inmensa paleta de Cosquín.
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