Desde Berlín

Mientras el equipo de Rompecabezas se dispone esta noche a entrar por la puerta grande del Berlinale Palast –en un horario más bien tardío, las 22.30, para una ciudad que ya lleva varias semanas viviendo debajo de la línea de cero grado–, la troupe de Por tu culpa se retira después de un excelente debut en Panorama, la sección oficial no competitiva del festival. Para la revista especializada Variety, algo así como la Biblia del Espectáculo según Hollywood, la tercera película de Anahí Berneri presenta “una actuación electrizante, probablemente consagratoria en la carrera de Erica Rivas”. Los elogios se multiplican a su vez en la otra publicación que cubre día a día el festival, la revista británica Screen Daily. Para el crítico Lee Marshall, la de Erica Rivas “es una actuación áspera y sobresaliente”, mientras que al trabajo de Berneri lo ubica como el mejor de su carrera, después de Un año sin amor, que tuvo su estreno aquí en Panorama 2005, y Encarnación, premiada en San Sebastián 2007. “Rodada casi en tiempo real, en un estilo tenso y casi siempre con cámara en mano, esta descripción de una noche difícil para una madre con dos hijos pequeños resuena mucho más allá de los confines de su propia historia”, escribe Marshall, para concluir que se trata de un “drama doméstico irresistible y que invita a la reflexión”.

En la fría noche del martes, la delegación argentina celebraba en un local de Alexanderplatz estos comentarios y las ventas que ya están cosechando las dos películas en el European Film Market, que –según dicen los que saben– ya habría superado la crisis que atravesó el año pasado, en sintonía con la economía mundial. Si las películas argentinas sirven de ejemplo, Rompecabezas, que recién esta noche tiene su estreno oficial, tiene asegurado el lanzamiento en Francia y Alemania (países que funcionan como coproductores asociados), el Reino Unido, España, Taiwan, Benelux (Bélgica-Holanda-Luxemburgo), Corea e Israel.

Mientras tanto, Irán se hizo presente en la Berlinale de dos maneras bien distintas pero con un mismo telón de fondo. Por un lado, la organización del festival emitió un duro comunicado en el que deplora la actitud del gobierno iraní, que le impidió al gran director Jafar Panahi –ganador del León de Oro de Venecia 2000 por El círculo y Oso de Plata de la Berlinale 2006 por Offside– salir de su país y participar de un coloquio sobre cine iraní organizado por la World Cinema Fund. Se sabe que Panahi no sólo es un férreo opositor al gobierno de Mahmud Ahmadinejad, sino que también ha tenido una participación muy activa en las marchas de protesta que siguieron a las fraudulentas elecciones del año pasado, que permitieron la reelección de Ahmadinejad.

Por otra parte, la película iraní Shekarchi (El cazador), de Rafi Pitts, que participa de la competencia oficial, también se refiere a estas marchas y movimientos civiles, que siguen siendo ferozmente reprimidos por las milicias parapoliciales de Teherán. De hecho, esa represión es el motor de la crisis de un ex convicto (¿por razones políticas?) que pierde a su mujer y a su pequeña hija cuando mueren bajo el fuego cruzado de la policía en una manifestación. La respuesta del hombre –significativamente interpretado por el propio director– es convertirse en un francotirador y atacar a balazos un coche de policía, provocando la cacería del cazador. De Pitts se han conocido títulos mejores (como It’s Winter, aquí mismo en Berlín 2006), pero su nueva película, menos lírica y más convencional quizá que sus anteriores, viene sin embargo a inscribirse en un momento político que la Berlinale –un festival que siempre ha sintonizado con los conflictos de su tiempo– parece no estar dispuesta a dejar pasar.