Kathryn Bigelow se quedó con seis de los ocho premios Bafta –de la Academia de Cine y Televisión Británica– a los que aspiraba, entre ellos los de Mejor Director y Película, por Vivir al límite. La directora californiana también triunfó en las categorías Guión Original, Sonido, Montaje y Fotografía. Su principal competidora, Avatar, de James Cameron, fue la decepción de la noche: se llevó apenas dos galardones menores –Efectos Especiales y Diseño de Producción– de los ocho a los que también aspiraba. Los elegidos como mejores actores fueron el británico Colin Firth, por Un hombre soltero, y Carey Mulligan, por Enseñanza de vida. Pedro Almodóvar no tuvo suerte, ya que perdió en el rubro película extranjera. Le ganó Jacques Audiard, con Un profeta.