Más allá de las incontables consultas y asesoramientos informales, las plumas de Aída Bortnik y Juan José Campanella recién se encontraron oficialmente en 2005. Ese año, el director y guionista la convocó para escribir, junto con Juan Pablo Doménech y Aurea Martínez, la miniserie Vientos de agua, que naufragó por los vaivenes de la programación de Canal 13 en 2006. “Fue una experiencia maravillosa. El es un director maravilloso y escribe como los dioses. Desgraciadamente para mí, no me necesita”, confiesa la dramaturga. El rodaje de esta coproducción argentino-española, que narraba el derrotero de un inmigrante ibérico que llega a Argentina en 1934 y la posterior partida de su hijo hacia Europa durante la crisis de 2001, fue un trabajo arduo que exprimió al máximo la perseverante tenacidad del equipo. “Ya pasaron cinco años y creo que nunca más voy a meterme en una experiencia así. Uno deja la salud en un trabajo como ése. Fueron ocho meses, 12 o 14 horas por día”, recuerda el coguionista de los trece capítulos y director de ocho de ellos. “Todos los que trabajamos allí lo llevamos con mucho orgullo. Para los que éramos veteranos de Vientos de agua, las siete semanas de rodaje de El secreto de sus ojos fueron casi un juego de niños”, bromea Campanella.