La bailarina rusa Marina Semenova murió en su domicilio a los 102 años, anunció ayer el teatro Bolshoi de Moscú. “El Bolshoi, como todos los representantes del ballet ruso, llora. Se fue una leyenda que escribió las mejores páginas del Bolshoi. Hasta los últimos instantes de su vida, Semenova fue fiel al lugar donde brilló como primera bailarina”, manifestó el director de la institución. Nacida en 1908, Semenova inició su carrera en Kirov, que se convirtió en el teatro Mariinsky de San Petersburgo. Cuando apareció por primera vez ante el público en 1925, en el ballet La Fuente de Leo Delibes, Semenova impresionó a los espectadores. Cinco años más tarde entró en el Bolshoi, donde se convirtió muy rápido en favorita del público moscovita, destacando especialmente en El lago de los cisnes, La Bayardere y Giselle. Efectuó varias giras por el extranjero hasta que en 1935 interpretó Giselle en La Opera de París, en compañía de Serge Lifar, entonces director de esta institución francesa. En 1952, Semenova puso fin a su carrera de bailarina y dedicó los cincuenta años restantes de su vida a formar jóvenes bailarinas en el Bol-shoi. En 1975, obtuvo el título de Artista Popular de la URSS. Y cesó sus actividades a la edad de 96 años. El Bol-shoi había organizado en 2008 un gran festival para celebrar los cien años de Semenova, quien siempre se mantuvo lejos de la prensa y casi nunca concedió entrevistas.