El actor inglés Rupert Grint se tomó muy en serio su papel en Harry Potter. Tanto que se lo comió el personaje: desde que terminó de grabar la saga no logra adaptarse a la cotidianidad del mundo real y sus deseos “amorosos” son algo que lo tiene bastante preocupado. Según dijo el actor, su último beso se lo dio a la actriz Emma Watson, en la filmación del último episodio. “No me puedo ajustar a la vida después de Harry, extraño la serie”, confesó Grint, quien en 2001 se convirtió en Ron Weasley. Ahora se encuentra con ganas de encarar nuevos proyectos, artísticos “y no tanto”.
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