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Sábado, 13 de noviembre de 2010

ESTEBAN MORGADO Y SU NUEVO CD, PRODUCIDO POR LA MILONGA SUEñO PORTEñO

“La melodía es una pelota a compartir”

El talentoso guitarrista grabó versiones tangueadas de diversos temas musicales en un disco que presentará hoy en Los 36 Billares. “Lo que hago es llevar al lenguaje tanguero música de otros géneros que me nutrieron toda la vida”, señala.

 Por Carlos Bevilacqua

Muchos lo recordarán por su ductilidad para ir musicalizando en tiempo real las charlas que Silvina Chediek mantenía con algún artista célebre en el programa televisivo Letra y música. Cual Sordo Gancé de la guitarra, no sólo tocaba fragmentos de canciones significativas para el entrevistado, incitándolo a cantarlas, sino que durante la conversación iba deslizando, como un fondo sutil, alguna melodía alusiva a las palabras. La emoción corría pareja con la admiración que generaba tal cultura musical general. La historia, como tantas otras veces, explica las capacidades de Esteban Morgado. Porque luego de iniciarse de muy joven como un docente vocacional de las seis cuerdas, participó en diversos grupos de música popular argentina y durante muchos años acompañó a cantantes también diversos, desde Alfredo Zitarrosa, León Gieco y Litto Nebbia a Roberto Goyeneche y Adriana Varela. Una diversidad que vuelve a percibirse en su flamante CD, Esteban Morgado Cuarteto en Sueño Porteño, y cuyo material presentará formalmente hoy a las 21.30 en Los 36 Billares (Avenida de Mayo 1265). Junto a él en guitarra estarán los titulares del equipo: Walter Castro en bandoneón, “Quique” Condomí en violín y Horacio “Mono” Hurtado en contrabajo. Para el metafórico segundo tiempo, se anuncia la participación como invitada de la cantante Verónica Condomí.

“Es un disco con músicas que siempre me gustaron y que antes no había podido grabar. Tiene la particularidad de ser el primero del cuarteto en incluir folklore”, arranca Morgado su descripción en contraste con las otras cinco placas que el grupo lleva grabadas desde su formación, en 1999. “Hay una versión de ‘Merceditas’ a dúo con Condomí, otra de la ‘Oración del Remanso’ cantada por su hermana Verónica, una zambita que compuse para el cuarteto con un agregado de percusión y un solo fantástico del ‘Mono’ en una chacarera de los hermanos Díaz que hacemos con Quique. Por otro lado, llevamos ‘Blackbird’, de Los Beatles, a un ritmo de milonga y ‘Así’, de Sandro, al tango”, enumera. El tango propiamente dicho dice presente a través de cuatro temas clásicos y otros tantos de Esteban. Pero también hay lugar para el rock argentino en piezas de Seru Giran y Fito Páez, o para un juego entre la “María” de Aníbal Troilo y la de Milton Nascimento. Por todos lados aparece el gusto por la melodía, no como una atribución personal sino como una pelota a compartir.

–¿Cómo surgió la idea?

–Julia Doynel, organizadora de la milonga Sueño Porteño, me ofreció producir un disco que saliera de lo que habitualmente hago. Ella me había convocado para tocar en su milonga en El show de los 5, en el que el artista no puede actuar más de cinco minutos. Desde entonces se había generado una amistad. Como la milonga es especial, me pareció que el disco también tenía que ser especial. Y creo que quedó muy gauchito.

–No es la primera vez que graba producido por una milonga.

–Es verdad. Con La Viruta ya habíamos grabado Milongueros, un disco que nos dio muchas satisfacciones porque ganó un premio Gardel, fue ternado a los Grammy y, lo más importante, se baila en todo el mundo. En YouTube podés encontrar videos de parejas bailando “Morena” o “Milonga de la Puteada” en los lugares más insólitos. Eso me fascina. Yo no compongo apuntando al baile, pero cuando la gente disfruta mi música y la transforma en movimiento, siento que se cierra el círculo.

–¿Cómo se hace para mantener la misma formación durante tanto tiempo?

–Supongo que con la prepotencia del trabajo. Armamos una empresita con la que producimos, distribuimos y vendemos los discos. Eso genera laburo y en la medida en que uno puede participar, se siente parte. Creo que todos sentimos al cuarteto como un lugar de pertenencia porque cada uno tiene una participación destacada, como si fuésemos un cuarteto de cámara. Además ellos potencian mucho lo que yo escribo por el talento que tienen para frasear, improvisar y sacar unos sonidos maravillosos.

–Teniendo en cuenta la experiencia de este nuevo CD, ¿podría decirse que el tango además de un género es un lenguaje?

–Sí, totalmente. Lo que hago es llevar al lenguaje tanguero música de otros géneros que me nutrieron toda la vida. Una tarea que consiste en llevar las melodías a células rítmicas tangueras y jugar con la armonía como se hace en el tango moderno. Por otro lado, los timbres de los instrumentos definen un color. “Blackbird” en bandoneón dejó de ser el tema de McCartney para ser otra cosa. Lo mismo que los temas de Cinema Paradiso, Queen o Stevie Wonder de discos anteriores...

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Activo desde 1999, el cuarteto de Esteban Morgado ya tiene grabados seis discos soberbios.
 
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