OPINIóN
› Por Rolando Goldman *
La reciente cancelación de un recital por motivos aún no aclarados dispara algunas reflexiones. El día martes 31 de mayo se debía presentar en el Teatro Alvear de la Ciudad de Buenos Aires el Grupo María y Cosecha, pero minutos antes del comienzo del mismo quedó sin efecto por un extraño paro de los trabajadores de ese organismo.
María y Cosecha son grandes artistas, músicos brillantes; pero además constituyen el reflejo de lo que viven muchos colegas en la búsqueda de mostrar su trabajo.
Tras la cancelación, se improvisó en la vereda un mini recital con pase de gorra incluida para poder solventar algunos de los gastos que tuvieron los músicos.
Cabe aclarar que el Teatro Alvear es un organismo dependiente del Ministerio de Cultura de la Ciudad, y tanto éste como los demás espacios oficiales de la Ciudad, a lo largo de la historia, han tenido programaciones con entrada paga o gratuita para el público, de acuerdo con las políticas implementadas por los diferentes gobiernos.
Pero hay algo que nunca varió: el pago de los salarios, honorarios o cachets a los músicos, sin que éstos estuvieran supeditados a la recaudación de la boletería.
La nueva política que impulsa el Gobierno de la Ciudad somete a los músicos a cobrar un porcentaje de la recaudación, como si se tratara de un boliche que carece de presupuesto.
El presupuesto del Ministerio de Cultura es de 867 millones de pesos y el que su Dirección General de Música destina a “servicios profesionales, técnicos y operativos”, ítem de donde se pagan honorarios de artistas, es de 2.000.000, es decir un 0,25 por ciento del presupuesto total. Es más grave la situación si destacamos que de ese ítem también se destinan fondos para pagar salarios de los directores de sus cuerpos estables y contratar sistemas de sonido e iluminación, pese a contar en su planta con personal y equipos idóneos para llevar adelante la tarea.
El escenario del Parque Centenario, dependiente de la misma Dirección, también en forma inédita ha impuesto el pago de entradas en muchos de sus espectáculos.
No es falta de presupuesto: es una clara definición política. Y aseguro que una abrumadora mayoría de los músicos que vivimos en la Ciudad, estamos en contra.
* Músico, charanguista.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux