Apenas lleva tres años, y el Festival de Tango Independiente –FTI, para los muchachos– ya asume el status de decano en la materia. Lo llaman “antipostalero”, contrafestival o undertango, que más o menos define lo mismo: músicos, aficionados y espacios afines al género que ensamblan intenciones para tomarle el pulso al tango de hoy. Esta vez empieza el 10 de marzo, dura hasta el 18 y, desde las típicas sedes de La Boca, Boedo, Almagro, Palermo y Paternal, expande su territorialidad hasta el Gran Buenos Aires, La Plata, Rosario y Mendoza. “El principal objetivo sigue siendo el de instalar en la sociedad una escena que no es la del tango postal”, se entusiasma Germán Marcos, parte nodal de la organización y conductor del programa radial Fractura expuesta.

Los números, este año, contemplan dos milongas al aire libre, quince conciertos, ocho milongas bajo techo, dos recaladas y una serie de charlas-debate que tendrán lugar el mismo día (sábado 17) en el Museo Carlos Gardel, con tres ejes disparadores: los desafíos de hoy para la difusión del tango –en la que participarán periodistas especializados–, las políticas culturales oficiales que anclan en el Plan Nacional de Promoción del Tango y la Ley de Reconocimiento a la Actividad Musical, y las políticas culturales en manos de los mismos músicos.

“Para nosotros, las charlas son una parte muy importante del FTI, porque implican una preocupación y un interés que va de la mano con lo estético, con lo musical. Está bueno que venga gente de Tinta Roja y de Chamuyo, dos revistas especializadas en el género; y también de Volver ni a palos, el programa de Radio Rebelde. Incluso, por primera vez, vamos a hacer una doble transmisión del festival en vivo”, se explaya Marcos. La doble transmisión será el sábado próximo, día en que subirán al escenario de Boedo y San Ignacio, Esquina Sur, Néstor Ibarra, el Quinteto Negro La Boca, el Alan Haksten Grupp, Kriminal Tango y Los Habitués. Además de los mencionados, estarán grupos y solistas que conforman la flor y nata del tango de hoy. Están confirmados –ver días y horarios aparte– 34 Puñaladas, Alejandro Polemann, Altertango, Angel Pulice y Ruth de Vicenzo, Cosa e’ Mandinga, Cuarteto Furtivo, Cuarteto La Marca, Cucuza Castiello y Moscato Luna, Dema y su Orquesta Petitera, Jorge Retamoza, La Biyuya, Los Hermanos Butaca, la Orquesta Típica Agustín Guerrero, Rascasuelos y Viceversa, entre otros. “Más de 40 formaciones de tango”, señala Pablo Bernaba, que también forma parte del equipo de organizadores y dirige el Quinteto Negro La Boca. “El FTI puede ser visto como una continuación del Carnaval, porque busca reivindicar al tango como un género popular que también puede ser alegre e informal y no un equipo de funebreros celebrando en su santuario for export”, subraya.

El festival –que en su fecha postrera rendirá homenaje al poeta de la Guardia Hereje, Jorge “Alorsa” Pandelucos– es visto por sus organizadores como una continuidad de lo que ocurre durante todo el año en términos de “coincidencia de intereses y estéticas” entre los bares y milongas que harán de sedes (Sanata, Malevaje, Zona Tango, Orsay y el Auditorio Kraft, entre ellos) y los artistas mencionados. “El festival es una especie de mentira piadosa para generar una visibilidad, porque en realidad ocurre todas las semanas y nosotros hacemos un recorte. Incluso, el acuerdo entre músicos y lugares es el que tienen siempre. Hay otros festivales que procuran que el costo de las entradas sea gratuito, pero nosotros no: el que quiere lo hace, no obligamos a nadie.” Lo que interesa son los puntos conceptuales que músicos, “bolicheros específicos” y organizadores intentan instalar: la valorización del tango como un factor de identidad cultural y regional; la ampliación de fronteras estéticas y estilísticas; y la promoción y difusión del tango actual a través del desarrollo de políticas culturales públicas. “Vamos por un no a las clausuras, un no a las trabas para desarrollar arte en los espacios públicos y exigimos el tratamiento al proyecto de Ley Nacional de la Música”.