Intentar una definición de Las mil y una arenas del tiempo es un desafío, porque las canciones de Mariana Baggio recorren todos los rincones de América latina y dan pie a las historias narradas con encanto por Inno Sorsy, que envuelve al público con su carisma. Mientras, los integrantes de Sombras de Arena van ilustrando en vivo esas canciones y esas historias con dibujos en y con arena, que son proyectados sobre una pantalla gigante. Sin embargo, Sorsy y Baggio, en diálogo con Página/12, hacen el intento: “Divertido”, apuesta Sorsy. “Va a haber música, historias, dibujos de sombras, títeres, participación. Va a ser grandioso.” Baggio agrega que es una obra “poética”, ya que “la imagen despierta algo muy mágico. Los dibujos de arena son algo increíble. Es fascinante porque es en vivo, a gran velocidad... Es animación en el momento, una cosa rarísima”, anticipa sobre lo que podrá verse mañana a las 16 en el teatro SHA (Sarmiento 2255).

Sorsy, que se dedica a la narración desde 1983, nació en Ghana pero desde hace muchos años vive en Inglaterra, donde fundó la Company of Common Sense, con la que recorre el mundo contando historias, desde Japón hasta la Argentina. En el espectáculo, sus “leyendas del mundo” son traducidas por Mariana Padilla. “Hice música y teatro buscando qué es real; algo muy tonto para buscar, pero estaba buscando eso”, confiesa. “Puse las dos cosas juntas en contar historias, que sigue el camino de la búsqueda de qué es lo real”, explica su pasión por narrar. Baggio, que ofrece chacareras, candombes, swing, sones, cumbias y bossa nova de sus tres Barcos y mariposas, cuenta que hace poco vio a Sorsy “en acción”. “Es tan expresiva que la historia se entiende más allá de la palabra: su manera de contar, lo gestual, es tan musical con la palabra... Lo lindo es que mientras ella está contando entendés un montón de cosas. No se produce el vacío de no entender, hay algo que pasa en el momento, y está buenísimo”, se entusiasma.

Cada una tiene en este espectáculo un rol definido que, aunque pueden producirse ciertos cruces, las corre de lo que usualmente hacen cuando se presentan por su cuenta. Baggio conserva su lugar como música, pero no es el mismo que cuando se presenta en un recital. “En mis espectáculos hablo un montón, soy el nexo de palabra con los chicos, y en este espectáculo la palabra es de Inno. Hay un ida y vuelta, pero para mí es una nueva experiencia estar en este lugar. Siempre estoy en lo vincular además de la música y la canción, y esta vez me corrí”, explica. Y Sorsy compara la narración oral con el jazz: “Se improvisa en el momento, sobre una melodía base, y después pasa lo que pasa...”, analiza, y remarca que esa posibilidad de improvisar, de crear a partir del clima que se genera con el público es “el link con lo que Mariana hace en el show, las canciones, la música y los dibujos de arena”.