EL INCAA PUSO EN MARCHA LA BASE DE CONTENIDOS AUDIOVISUALES
Mediante la resolución 886/2012, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales busca adaptar la exhibición en la Argentina al formato de proyección que se empieza a abrir paso. Liliana Mazure explica las necesidades y alcances de la medida.
› Por Oscar Ranzani
La presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), Liliana Mazure, firmó la resolución 886/2012 que crea la Base de Contenidos Audiovisuales. Este instrumento permitirá poner en marcha un sistema de calificación, distribución, exhibición y fiscalización con una tecnología de avanzada, acorde a los tiempos que corren. Esta Base se complementará para su funcionamiento con la digitalización de las salas de todo el país. Para entender la dimensión de la creación de esta herramienta es necesario señalar que el sistema de exhibición a nivel internacional cambiará próximamente. Según comenta Mazure, hay compañías y estudios de Hollywood “que estarán en condiciones de empezar a transmitir las películas directo a las salas que ya estén digitalizadas”. ¿De qué manera?: vía satélite o por banda ancha. Es por eso que el Instituto está abocado a la digitalización de las salas nacionales y los Espacios Incaa, que representan el cincuenta por ciento del circuito de exhibición. Una vez que esto se concrete, la Argentina estará en condiciones de adaptarse al sistema.
Desde la Base de Contenidos Audiovisuales se transmitirán las películas a las salas digitales. Como los complejos multipantalla del país están en proceso de adecuarse al sistema digital, el Incaa debía dar respuesta a esto para el resto. Como en un futuro no muy lejano todas las salas multipantalla estarán digitalizadas (esto va a suceder entre fines de 2012 y mediados de 2013 en la Argentina, porque en otros países ya están digitalizadas), la pregunta que se formuló Mazure es: “¿Qué pasará con el cine nacional para llegar a esas multipantallas? Porque las Bases en otros países van a estar”. En ese caso, deberían enviarse a Estados Unidos o al país donde tengan la tecnología necesaria “para que desde ahí las retransmitan a las salas argentinas”. Esto habría perjudicado ostensiblemente al cine nacional si no hubiera intervenido el Instituto con la adecuación al nuevo sistema.
“A la Base de Contenidos Audiovisuales del Incaa deberán llegar todas las películas que ya no lo hagan en soporte 35 mm sino en DCP (sistema digital de alta calidad) o transmitidas vía satélite. Deben llegar a esa base para su calificación y de ahí salir hacia las salas”, comenta Mazure, quien agrega que por ahora las copias en 35 mm seguirán recibiendo la calificación en el Incaa, como se realiza en la actualidad. ¿Estos cambios implican que desaparecerá el soporte 35 mm? “No hay obligación de que todo sea digital”, explica Mazure. “Es más: nosotros estamos digitalizando las salas y conservando los proyectores 35 mm. Por eso, es complicado: hay que agrandar las cabinas de proyección en muchos casos. Conservamos el proyector para 35 mm pero le agregamos el equipo digital.”
“Esta Base de Contenidos Audiovisuales está creada con las características tecnológicas previstas para el momento en que todas las películas ya estén digitalizadas y lleguen, sobre todo, vía satélite. Y desde esta base van a salir hacia las salas, tanto las películas nacionales como las internacionales. O bien, hacia otras bases”, explica la titular del Incaa. Mazure destaca que, a nivel internacional, a este tipo de herramienta se la conoce como data center. “Nosotros le hemos cambiado el nombre porque los datos no tienen derechos de autor y los contenidos sí. Y para nosotros es una diferencia muy importante. La transmisión de datos vía satélite o banda ancha es una cosa y la transmisión de contenidos vía satélite o por banda ancha es otra”, explica. “Si estos data center que tienen capacidad para transmitir a las salas digitalizadas están fuera de nuestro país, ¿cómo haríamos para transmitir a esas salas las películas nacionales?”, argumenta Mazure sobre una de las necesidades de creación de esta herramienta. Y amplía su justificación: “Si nosotros no tenemos la Base en el territorio nacional, las películas argentinas no se podrían transmitir más ni en ninguna sala argentina ni en ninguna sala internacional. Porque además, por ejemplo, si una sala de México solicita que le transmitan una película nacional, ¿cómo lo haría un distribuidor argentino? Tendría que mandarla a México pagando todos los costos que esto implica y, desde ahí, la transmitirían a la sala mexicana si la película argentina, además, cumpliera todos los códigos de calidad y de seguridad que ellos exigen”.
La resolución 886/2012 menciona que lo que se exhiba en las salas deberá ingresar a la Base de Contenidos Audiovisuales. Mazure también sostiene que era necesario crearla “por un tema de soberanía sobre lo que se exhibe en nuestras salas. Nunca se ha ejercido ninguna censura, solamente necesitamos saber y calificar”, explica la funcionaria. “El Incaa es el que califica el material que se exhibe en las salas. Ninguna sala exhibe nada que no tenga el número de calificación que el Instituto le ha dado (N. de la R: Calificación es, por ejemplo, cuando una película es catalogada como Apta para Todo Público o No apta para menores de 16 años.) O sea, que no es para censurar sino que es para calificar, que es algo que ya se hace normalmente desde el Incaa.”
La Base de Contenidos Audiovisuales también facilitará el tema de la fiscalización porque se podrá controlar en tiempo real la venta de entradas y la cantidad de espectadores en cada sala.
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