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Miércoles, 27 de marzo de 2013

EL FESTIVAL BOGOTá ES BEETHOVEN, UN ENCUENTRO EXCEPCIONAL

Ludwig Van en las salas y en las calles

Desde hoy y hasta el sábado, la capital colombiana será escenario para un desfile de estrellas líricas y músicos de tradición popular, consagrando a la música de Beethoven los teatros, los barrios obreros y dos centros comunitarios.

 Por Diego Fischerman

Desde Bogotá

“Quisiera olvidarte, si pudiera”, canta una voz, y la desesperación amorosa aparece subrayada por los agudos de la trompeta. Suena salsa en Bogotá y a pocos metros de donde se sirve un calentao de frijoles, el Cuarteto Szymanowski repite el fugato del segundo movimiento del Cuarteto Op.95 de Ludwig van Beethoven. La bellísima sala donde ensayan, el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, está casi vacía. El cuarteto interrumpe un momento, hablan entre ellos. Acuerdan, simplemente, sentarse más cerca. Hay ensayos uno después de otro. En los días previos desfilan por ese escenario, en sucesión, el violinista Agustin Dumay y la pianista Momo Kodama, el Trío Brahms de Viena, el pianista Boris Berezowski. Son los preparativos –junto a instrumentos entrando y saliendo, sillas que se reacomodan para tener más capacidad en la sala más pequeña, el Teatro Estudio, la preparación de los camarines– de lo que aparece anunciado por toda la ciudad: Bogotá es Beethoven. El festival, que comienza hoy, concita el interés de mucho más público que el que habitualmente concurre al teatro. El precio de las entradas más baratas –10.000 pesos colombianos, que es lo que vale, aproximadamente, una sopa de maíz servida en el mostrador de algún local del centro– y el hecho de que varios de los conciertos se repiten en forma gratuita en salas de barrios obreros y en dos centros comunitarios, el Servitá y el La Victoria, hablan de una concepción de la tarea cultural de la que sus organizadores se sienten justamente orgullosos.

La violinista Viktoria Mullova, presente en el encuentro.

El título del festival, en todo caso, es más que un mero rótulo publicitario. Por allí, a lo largo de cuatro días, pasarán estrellas como la violinista Viktoria Mullova, el notable Cuarteto de Cuerdas Latinoamericano, oriundo de México; la Orquesta Filarmónica Nacional de Hungría, la Sinfónica de Rotterdam y dos locales, la Sinfónica Nacional de Colombia y la Filarmónica de Bogotá, que conduce quien también dirige la Filarmónica de Buenos Aires, el mexicano Enrique Diemecke. Y también habrá una noche en la que varios músicos de tradición popular –La mojarra eléctrica, Puerto Candelaria y Antonio Arnedo– mostrarán las producciones originadas en encargos del festival, donde toman a Beethoven como punto de partida.

El centro cultural que alberga al teatro, un edificio magnífico que, a su sala grande agrega otra no convencional, donde la planta de luces es absolutamente movible y puede variar desde un auditorio de música de cámara –así será utilizada durante el festival– hasta un cubo absolutamente libre de sillas y escenario formal, es sede, también, de una biblioteca pública. Tiene una historia corta. Apenas tres años, desde que fue donado por un particular, que lo construyó en terrenos públicos. Es administrado en forma conjunta por una fundación privada y por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte del gobierno de la ciudad (único bastión de izquierda que no se ha plegado al uribismo de Colombia). El director del centro cultural, Ramiro Osorio, fue ministro de Cultura de Colombia, director del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá y del Festival Cervantino de México, y su nombre goza de un consenso sin fisuras. Los afiches colgados en las paredes del interior del teatro muestran, mejor que nada, la historia del teatro: la Carmen de Bizet con puesta de Calixto Bieito, Renée Fleming, Cesaria Evora, Daniel Barenboim, András Schiff, Julieta Venegas, Tangokinesis, la compañía de ballet de Maurice Bejart y el grupo Corpo de Brasil, Itzhak Perlman, Carlinhos Brown, Pilobolus, Rodolfo Mederos y Gustavo Dudamel entre muchos otros.

El concierto inaugural de este festival dedicado a Beethoven, esta tarde a las 18.30, tendrá como protagonista al notable pianista Jean-Philippe Collard, que interpretará las Sonatas No 2 y No 17. Y a las 20.30 la Filarmónica de la ciudad, con la violinista Fanny Clamagirand, el cellista Xavier Phillips y el pianista Igor Tchetuev como solistas harán el Triple Concierto y, completando el programa, la Sinfonía No 7. El Cuarteto Latinoamericano interpretará mañana el Cuarteto No 14 y el sábado, en el centro comunitario La Victoria, además del Cuarteto Op. 59 de Beethoven, hará las Variaciones sobre el Capricho 24 de Paganini, de Javier Montiel, una pequeña obra maestra de la nueva música mexicana, el Metro chabacano de Javier Alvarez y Libertango, de Astor Piazzolla. Uno de los grandes atractivos será la actuación, el jueves, de la Orquesta Filarmónica Nacional de Hungría, con dirección de János Kovács y con Mullova como solista en el Concierto Op. 61 y completando la presentación con la Sinfonía No 4. La misma orquesta, con la soprano Norah Amsellem, la mezzosoprano Allison Cook, el tenor Martin Muehle y el bajo Jukka Rasilainen como solistas y con la participación de la Sociedad Coral Santa Cecilia y del Coro de la Opera de Colombia, cerraran el festival. El sábado 30, con la Sinfonía No 9, en un concierto que incluirá también la Sinfonía No 1.

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El notable Cuarteto de Cuerdas Latinoamericano, procedente de México.
 
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