Maia Castro y Jesús Fernández tienen, de entrada, tres cosas en común: Uruguay, la murga, y haber arrancado a los cuatro años. Ella como corito de la Antimurga BCG, algo así como “la” murga de vanguardia de los ochenta, y él como arribista del tablado, a metros de haber empezado a caminar. “Es nuestra raíz común”, plantea Maia, como para empezar a hablar. “Y nuestra forma de vida”, dice Jesús, como para seguir. Ambos, como cuarta cosa en común, fueron parte del staff de La Mojigata –otra murga, para variar– y este recital por dos en Buenos Aires (hoy, a las 21.30 en Salta y Resto) podría ser tomado como la quinta. “La idea es mostrar lo que cada uno hace, e interpretar juntos algunas canciones. Si bien las de Jesús están más vinculadas a la murga-canción montevideana, no son ajenas al tango y la milonga, y eso es el intercambio artístico y aprendizaje: hay una raíz común que nos define e identifica, pero cada uno la desarrolla de distinta forma... lo importante es tener en cuenta que todo forma parte, todo nutre”, profundiza la cantautora, a horas del encuentro en el boliche de Salta al 700.

La murga, claro, es sólo el disparador común. El resto incluye la fisonomía propia de cada devenir. En el caso de Maia, la de un tango personal y arriesgado que nutre sus tres discos solistas. En el de Fernández, la de un murguero todo terreno –pero con eje en la voz– que hizo las inferiores en Falta y Resto, La Mojigata y La Gran Muñeca, se pegó varios baños de realidad en los tablados celestes, y terminó diversificándose en voces, arreglos y producciones para Las Pastillas del Abuelo, Bersuit Vergarabat, Alejandro Balbis y Guillermo Fernández. “Vengo de chico con esto y lo que hago es ordenar y ayudar a que el género sea una herramienta de comunicación desde lo musical”, resume él, mientras ella trata de redondear su parte del chiste para el b-irecital: “El tango siempre estuvo presente, lo escucho desde siempre y cuando decidí armar un proyecto solita, fue la música con la que me sentí más identificada aunque mi raíz murguera y rockera está presente en mi forma de hacer tango y sobre todo en mis composiciones. Eso es lo que van a ver en mí”.