Desde principios de los ’90, cuando Román Lejtman sacudió el tablero radial conduciendo un programa periodístico por la Rock & Pop, el género en las FM lejos de transformarse en una excepción cada vez fue sumando más adeptos. A tal punto que en la actualidad es difícil que una emisora de FM no tenga su periodístico o que al menos las noticias no “se cuelen” en medio de contenidos humorísticos y programaciones musicales durante las primeras horas de la mañana. Algo impensable para un formato muy cerrado en los ’80. Esta apertura periodística tiene distintos matices y miradas de acuerdo a cada radio: Ari Paluch (Spika), Antonio Laje (Blue) y Sergio Elguezábal (Aspen), entre otros. Hay algunos que se insertan en la nueva tendencia compuesta por la sumatoria de noticias, música y humor como, por ejemplo, Roberto Petinatto (La 100) y Elizabeth Vernaci (Rock & Pop). A la tarde también hay opciones de periodismo deportivo (La pelota no dobla por Rock & Pop y Por un puñado de dólares por Spika). Haciendo un recorrido por el dial se puede pensar que el rol de la FM se modificó y que el género se consolidó desde aquel camino iniciático que marcó Lejtman. “Las FM y, en principio, la Rock & Pop descubrió que la audiencia que escuchaba música quería estar informada y conocer qué pasaba a su alrededor y tomó periodistas que hablaban en el mismo sentido y con el mismo idioma que los escuchas de FM”, comenta el ex conductor de Reporter y Jaque Mate a Página/12. “Los periodistas vimos rápidamente que era un buen canal para informar y por eso se consolidó. Al principio era raro, extraño. Cuando hice el programa por los ’90 decían ‘¿qué hace este tipo ahí?’. Pero después la tendencia se confirmó”, asegura Lejtman.

A la hora de pensar la transformación de las FM con respecto a los ‘80, Ari Paluch, conductor de El exprimidor, asegura que “años atrás la FM era chiquitita, no existía el satélite, por lo cual la distancia era muy acotada para que te escucharan en el interior, no había Internet, con lo que no te escuchaban en el mundo, no había celular por lo que no tenían equipos de exteriores. Y el universo era mucho menor”. Según Paluch –que cumplió diez años en el aire hace poco–, “con los años la FM es más importante que la AM, hay más audiencia de FM que de AM y hay una impronta en algunos horarios centrales de periodísticos. Digamos que muchas FM no vivirían si no tuvieran la facturación del programa fuerte que va a la primera hora de la mañana y, eventualmente, en el regreso”. La diferencia radica para Paluch en que las AM tienen departamentos de noticias y una estructura periodística de 24 horas mientras que las FM “se permiten en algunos momentos informar. La AM es eventualmente musical y permanentemente periodística y la FM es eventualmente periodística y permanentemente musical”, dice.

Marcos Menna, conductor de Primera Data (Rock & Pop) sostiene que la adopción del género periodístico “parte de una necesidad del oyente. A la mañana aparte de escuchar música quiere estar informado y saber en pocas líneas lo que puede llegar a pasar. No le interesa la editorialización de las noticias sino simplemente saber qué es lo que está pasando y después sacar su propia conclusión. El formato encaja justo con una FM: en pocas líneas decir cuáles son las noticias principales sin emitir opinión”. No es el caso de todos los periodísticos que están al aire: algunos programas cuentan con columnistas especializados. Menna, de todos modos, subraya que “La idea de la FM es tirar la información lo más digerida posible para que el tipo que la está escuchando haga una conclusión al respecto y sepa cuál es la realidad con la que se va a encontrar cuando salga a la calle”.

Según Carlos Ulanovsky (colaborador en Radio Portátil, de Elizabeth Vernaci) es un misterio el motivo por el cual se consolidó el género periodístico en las FM ya que “siempre le rajaron bastante a las palabras”. Aunque reconoce que, a partir de la crisis “hay un cambio en la configuración social argentina o porteña. Entonces, la gente que tiene trabajo permanece muchas más horas fuera de su casa. La posibilidad que tiene es la de escuchar radio mientras va al trabajo o viaja en auto. Invariablemente en esas condiciones y en esas circunstancias las radios que mejor se escuchan y que mejor se captan son las FM. En ese sentido, las FM tienen una ventaja comparativa”. El conductor de La Radio en blanco y negro (Mitre, a las 21) tiene una postura crítica con respecto a ciertas prácticas de los periodísticos matinales ya que “para esos horarios apelan a los diarios y, en todo caso, a los cables. Hay verdaderamente poco de información propia. Eso lo veo como una falencia de toda la radio, de la AM y de la FM. El día que no hay diarios es como que la radio entra en crisis”.

El productor general de El show de la noticia, Demián Sterman, asegura que la FM adoptó el género periodístico por una cuestión generacional. “Los que tenemos entre 30 y 40 años –dice– no nos pasamos a la AM. O por ahí no nos pasamos tan fácilmente. Los que en los ‘80 teníamos entre 20 y 25 y empezamos a escuchar FM, cuando la música de la FM empezó a quedar un poco distanciada de nuestra generación empezamos a buscar nuevas opciones. Si bien la AM también se fue rejuveneciendo en algún sentido hay algo que está claro y es que la calidad de sonido no es la misma. No es lo mismo escuchar AM que FM y el oído es muy selecto”. Sterman sostiene que el oyente de FM no se cambia a la AM así nomás: “por más que te pongan una estrella en la AM te va a costar. Por ahí la vas a seguir pero te va a costar”, afirma. Sobre este punto, Lejtman opina de manera similar: “es muy difícil que haya una tracción de una frecuencia a la otra. Los corrimientos son más que nada por periodistas. Es muy difícil que uno que está en AM diga `me voy a la FM’. Si un periodista X que está en la AM se va a la FM su público lo sigue a la FM y viceversa”.

¿Hay diferencias en el tratamiento de la noticia entre un formato y otro? Menna asegura que sí. “Si en la FM le tengo que dar prioridad a la música debo acortar las noticias porque no puedo estar como cualquier radio AM veinte minutos hablando de un tema. Yo no tengo esa disponibilidad de tiempo. En cinco minutos tengo que decir lo que está pasando. A partir de ahí, la FM empieza a cobrar cierta personalidad en la forma de decir. Una forma mucho menos técnica, más desenmascarada, menos analítica y más concisa”, analiza. Sterman también encuentra diferencias: “nosotros tratamos de no poner noticias muy duras tan temprano”, dice el productor de Petinatto y, a la vez, asegura que “para nuestro programa es más importante lo que María O’Donnell o Pettinato tengan para decir sobre una noticia puntual de actualidad que sacar por teléfono a las personas responsables o los actores de cada noticia. No nos interesa sacar telefónicamente a Lavagna si el tema es Lavagna. En la AM si ese es el tema y no sacás a Lavagna te está faltando el testimonio más importante de la mañana de la radio”. En cambio, Lejtman observa muy pocas diferencias actualmente: “al principio sí porque la AM era más plana, no tenía en cuenta el concepto de edición ni de poner los testimonios acompañando algún asunto. Me acuerdo que en la Rock & Pop yo ponía una locutora y algún testimonio y sonaba como raro. Ahora todo el mundo lo hace”. En tanto, Ulanovsky encuentra la originalidad en ciclos como los de Pettinato (El show de la noticia) y Elizabeth Vernaci (Radio portátil): “tal vez esos programas están expresando un sentimiento de parte de la sociedad que no quiere cosas demasiado complicadas a la mañana, que se ha cansado severamente de escuchar los conocidos discursos de los políticos entrevistados por los periodistas. Me parece que eso ha dejado de tener glamour y conflicto”, sostiene.