“Es un personaje bueno haciendo la vida de malo”, simplificó Benjamín Vicuña a su personaje, Tegui, en la presentación de la segunda temporada de Prófugos (desde el domingo 15 de septiembre a las 22 hs por HBO). En la primera parte de esta producción chilena era un detective infiltrado en el narcotráfico que acababa en prisión. Ahora tendrá “una vida de mierda”, especificó el actor. Aunque podría haber añadido que lo obligaban a meter la cabeza en un inodoro carcelario. Como indica su nombre, sus personajes son criminales que están huyendo de la Justicia, implicados en negocios non sanctos. Aunque el punto de partida en este caso será una institución en la que hay claras ligazones con la local Tumberos (los capangas, las violaciones, las peleas con facas) y el film Carandiru, de Héctor Babenco (por el confinamiento y la represión). “También con Prison Break –recogió el guante Vicuña–. Están presentes esos clisés de las ficciones de este tipo, con un formato parecido al cine de los ’70 estadounidense, aunque se añaden traumas de sociedades como las nuestras.”

El thriller de Pablo Larraín (Fuga, Tony Manero y la nominada al Oscar No) se destaca por su regusto en la violencia extrema y escenas no aptas para estómagos sensibles. Cuando sale del encierro, y aparecen los exteriores trasandinos en donde opera la base criminal (comunidades originarias implicadas), la fotografía es francamente impactante y realza el sentido de lo que es la factura audiovisual para tevé. El tercer aspecto a tener en cuenta es la intención de meterse en la discusión de la coyuntura chilena, con marchas estudiantiles y un presidente a lo Piñera que seguramente traerá polémicas por la eterna discusión sobre los límites entre ficción y realidad. Vicuña adelantó que el telón de fondo de esta temporada es la corrupción y los vínculos con el poder político. “En todas sus obras, Pablo (Larraín) ha incorporado la temática de la realidad, y si bien es una historia universal con traiciones y males de todos lados, nuestra intención fue contar una verdad; lo que sucede es que a veces no sabes quién copia a quién, si es la realidad o es la ficción”, concluyó.