Vie 04.08.2006
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JOSE NUN HABLA DEL PRIMER CONGRESO ARGENTINO DE CULTURA

Ideas para llevar a la práctica

El funcionario confirmó detalles del encuentro que se realizará en Mar del Plata del 25 al 27 de agosto. Allí se debatirá sobre la orientación y la planificación del desarrollo cultural del país.

› Por S. F.

Fue una suerte de hermana menor de la Educación o una joven inmadura a la que le costaba mucho trabajo escapar de un estado de perpetua adolescencia. Pero ahora está alcanzando la mayoría de edad. La política empieza a mirar la cultura como una herramienta de desarrollo e integración social. Y la prueba de este crecimiento es el Primer Congreso Argentino de Cultura que se realizará en Mar del Plata del 25 al 27 de agosto, organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación, las áreas culturales de todas las provincias y el Consejo Federal de Inversiones. Cerca de dos mil personas, entre gestores culturales, funcionarios, representantes de organizaciones sociales, especialistas internacionales y de todas las provincias argentinas, debatirán sobre la orientación y la planificación del desarrollo cultural del país, las articulaciones entre las políticas culturales y la inclusión social y las formas de organización institucional del área de Cultura, la legislación y el financiamiento cultural. Participarán Manuel Antonio Garretón (Chile), Tony Puig (España), Mempo Giardinelli, Luisa Calcumil, Tristán Bauer, Octavio Getino, Horacio González, Rosario Lufrano, Jorge Coscia, Víctor De Gennaro, Hugo Moyano, la ministra de Economía, Felisa Miceli, y la ministra de Cultura de la ciudad, Silvia Fajre, entre otros. En esta primera edición, se rendirá un homenaje especial a Leonardo Favio y al grupo Cine Liberación (ver aparte). Y es probable que Néstor Kirchner o Cristina Fernández cierren el encuentro.

“Es la primera vez en la historia argentina que se hace un congreso de cultura; hace un año y medio que venimos trabajando silenciosamente”, cuenta el secretario de Cultura de la Nación, José Nun, en la entrevista con Página/12, acompañado por Alberto Hernández, presidente del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, y Juan José Ciácera, secretario General del Consejo Federal de Inversiones. “Valorizar la cultura es darles visibilidad a los recursos que tiene la Argentina. Pero para esto hay que tomar conciencia y despertar una fuerza material que se llama ‘el entusiasmo colectivo’”, explica Nun. “Estamos en un país que está creciendo vigorosamente a tasas chinas, pero que tiene una propensión a la queja, que se manifiesta en el caso de la oposición en el hecho de que vienen anunciando hace tres años que esto es una burbuja, que se va a acabar. La cultura es el motor del desarrollo y por eso tenemos la convicción de que podemos construir, de que podemos salir adelante y de que tenemos la potencia para hacerlo.”

“Somos una cultura quejosa y tanguera”, subraya el secretario de Cultura de la Nación. “Es muy difícil, por ejemplo, encontrar a un brasileño que hable mal de otro fuera de Brasil, pero no hay un solo argentino que hable bien de otro argentino –compara Nun–. Estas son dimensiones de la cultura que hay que revisar, que tienen que ver con la tolerancia, la consideración al otro, la solidaridad y la inteligencia para desarrollarse y construir un país mejor.” Nun advierte que la tradicional distinción entre ciudadanía activa y pasiva resulta pobre. “Ahora uno se da cuenta de que hay dos tipos de ciudadanía activa: están los ciudadanos activos negativos, que son buenos para la queja, la denuncia, para el lamento, para la crítica, para la protesta y nada más. Pero están los ciudadanos activos positivos, que son capaces de asociarse a proyectos, de poner el cuerpo para llevarlos adelante, de construir ciudadanía y patria. Este tipo de ciudadano es el único que le hace bien a la afirmación de la democracia.”

–¿Está cambiando el paradigma de las políticas públicas? ¿La cultura es vista como una inversión y no como un gasto?

Juan José Ciácera: –El motor del desarrollo es la cultura. Entendemos que para lograr este desarrollo armónico, integral y que beneficie a todos es necesario que se apoye sobre raíces culturales. Vimos una participación activa en cada una de las provincias en este año y medio a través de foros y congresos provinciales. El Primer Congreso Argentino de Cultura sería la culminación de un trabajo intenso entre las provincias, el Consejo Federal de Inversiones y la Nación, en el que se refleja la identidad federal.

Alberto Hernández: –Muchos de nosotros postulamos trabajar con políticas culturales integrales e integradas. Integrales en el sentido de que no quede esfera de la vida humana fuera de la cultura; integradas, porque queremos integrarnos al conjunto de las políticas públicas. Creemos que tenemos que debatir sobre la inclusión social, porque es un tema que nos compete directamente. Para nosotros un excluido social también es un excluido cultural. Pero además queremos discutir las institucionalidades que tiene la cultura en las distintas provincias, ya que hay algunas que tienen secretarías, subsecretarías, ministerios o institutos. Y queremos pelear por más presupuesto, porque no se puede hacer políticas públicas culturales sin plata, y ofrecer más presupuesto a la cultura es una decisión política. Esperamos que nuestros líderes políticos nos acompañen. Tenemos ganas de sensibilizar a la gente que viene puramente de la política sobre la importancia de la cultura.

–La Unesco recomienda que el presupuesto cultural sea el 1 por ciento del PBI. ¿Argentina podrá alcanzar este porcentaje?

José Nun: –Es un gran tema de debate. Nosotros estamos muy atrasados, a pesar del gran esfuerzo que ha llevado adelante este gobierno. Brasil destina el 0,6 por ciento del PBI; México y Uruguay, el 0,5 y nosotros, después de ingentes esfuerzos, estamos orillando el 0,25. Para la Argentina el uno por ciento es una meta necesaria, alcanzable y sería tan significativa que a nivel nacional implicaría nada más y nada menos que cuadruplicar el presupuesto actual asignado a Cultura.

“Mi padre fue obrero de la fábrica Vasena, donde sucedió la Semana Trágica –recuerda Nun–. El participó en la reunión del sindicato, que fue multitudinaria, muy ruidosa y llena de insultos, porque estaban los ánimos sumamente caldeados. El secretario general del sindicato pegó un golpe en la mesa y dijo: ‘Cultura, carajo’. Era totalmente contradictorio que dijera eso en ese momento, pero hoy en día podría ser el lema de este primer Congreso.”

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