Que Relatos salvajes haya superado los tres millones de espectadores es, en primer lugar, un gran mérito para sus realizadores, actores y productores y un motivo de orgullo para el público argentino que, colmando masivamente las butacas semana tras semana, logró que este film alcance un record histórico para el cine nacional, ganándoles en cartel a muchísimas películas internacionales.

Si tenemos en cuenta que en Argentina el Fondo de Fomento en Cine se constituye, en parte, por el impuesto del 10 por ciento de las entradas vendidas en todas las salas del país, podemos comprender que los tres millones de espectadores son razones suficientes para redoblar la apuesta por las realizaciones nacionales.

Sin duda alguna, lo que trasciende a este suceso es el creciente reconocimiento del público hacia nuestras películas como indicador de que estamos atravesando un momento histórico donde el cine nacional toma otra potencia, se resignifica y expande en su área de acción, persiguiendo el fin y la ambición más importante: consolidar nuestra industria cinematográfica.

Una industria que permita la sinergia entre el Estado y el capital privado, que desarrolle un campo de producción capaz de dar trabajo a miles de profesionales; una industria que valore el gran talento argentino, que apueste a producir a nivel federal, que multiplique las imágenes, los discursos y las visiones acerca de lo que somos como pueblo y como país.

El gran éxito de Relatos salvajes es otro signo para confiar en la producción argentina en todas sus áreas culturales, es un hecho que nos lleva a apostar por nuestros realizadores en sus múltiples proyectos artísticos, tecnológicos y científicos. Es un paso adelante que recompone y renueva los relatos acerca de nuestra identidad colectiva.

* Presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa).