Tratándose de la película con más nominaciones (siete), nadie ignoraba que Birdman era la candidata más fuerte a los Globos de Oro, galardones que desde hace setenta y dos años otorga la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood. Lo que no se tenía tan presente era que un argentino relacionado con esa película podía llegar a ganar un Globo. Dos argentinos, en verdad: Nicolás Giacobone y Armando Bo (nieto), quienes junto a Alexander Dinelaris y el director, Antonio González Iñárritu (“Eñarrito”, en traducción al inglés), escribieron el guión de Birdman. El correspondiente a Mejor Guión fue uno de los Globos que la película de Iñárritu cosechó el domingo por la noche (hora argentina), en el hotel Beverly Hills de Los Angeles. El otro fue para el gran Michael Keaton, rescatado del ninguneo con un Globo de Oro al Mejor Actor Protagónico en Comedia. Globo que el ex Batman agradeció larga y emotivamente. “Había jurado no llorar y no discursear. No cumplí con ninguna de las dos promesas”, dijo Keaton tras recordar a sus padres, sus privaciones familiares, su infancia en una granja y a su hijo, a quien dedicó el premio más que nadie.

Es la segunda ocasión en que Bo y Giacobone escriben un guión para el realizador mexicano, después de haberlo hecho en Biutiful (2010). La novedad es que esta vez no se trata de una apoteosis miserabilista sino de algo más semejante a una comedia. La primera que el director de Amores perros y Babel emprende en su carrera. Se da por descontado que pasado mañana, cuando a media mañana se anuncien las nominadas al Oscar 2015, la película de Iñárritu va a figurar también en varias categorías. Queda por ver si la cosecha va a ser mayor que la de los Globos, pero para eso habrá que esperar hasta fines de febrero. La película más ganadora, sobre todo por la calidad de sus premios, terminó siendo, de modo bastante sorpresivo, la indie Boyhood (los Globos suelen ser premiar films más mainstream que el de Richard Linklater). La cristalina película del realizador texano ganó como Mejor Film Dramático, Mejor Dirección y Mejor Actriz de Reparto, para la gran Patricia Arquette. Linklater, que lucía un flequillo algo incómodo, se mostró bastante sorprendido por el premio obtenido.

Otro ganador-sorpresa fue Wes Anderson, que se llevó su primer Globo (a Mejor Comedia) por la genial El Gran Hotel Budapest, cuya premiación, sumada a la del film de Linklater, lleva a pensar que el gusto de los miembros de la APEH se está sofisticando un poco. Los otros premios de cine estuvieron dentro de lo esperado. El joven actor británico Eddie Redmayne ganó la categoría de Mejor Actor Dramático por su personificación del astrónomo Stephen Hawking en La teoría del todo, Julianne Moore la de Mejor Actriz Dramática por su caracterización de una mujer que de un día para otro descubre que tiene Alzheimer (en Siempre Alice; en un hecho con pocos precedentes, Moore competía también en el rubro comedia, por Polvo de estrellas), la gran Amy Adams Mejor Actriz Protagónica en Comedia (por Big Eyes, la nueva de Tim Burton) y el también grandísimo J. K. Simmons –que como director de orquesta dictatorial ha sido obsequiado con el que es hasta el momento el papel de su vida–, Mejor Actor de Reparto, por Whiplash: música y obsesión. Mejor Film Extranjero fue la rusa Leviathan, comprada para su distribución en Argentina.

Se descuenta que todas las películas, actores y actrices mencionados en el párrafo anterior van a estar nominados también al Oscar. Todas esas películas, por otra parte, se irán estrenando en Argentina, de aquí a fines de febrero. Como se sabe y a diferencia del Oscar, además de la producción cinematográfica, los Globos premian la televisiva. En ese rubro, una de las noticias de la noche del domingo fue el triunfo de la televisión on demand. Dos Globos fueron para Transparent, primera producción para televisión de la compañía Amazon –que prosigue su demoledora expansión multirrubro– y uno para Kevin Spacey, por su protagónico de House of Cards, que produce la plataforma Netflix. “Es mi octava nominación a un Globo”, no olvidó señalar el actor, en referencia a las que recibió a partir de Los sospechosos de siempre (1996). Curiosamente, ésta es la primera ocasión en que lo recibe. Los dos Globos para Transparent –que acaba de completar su primera temporada y aún no se emite en Argentina– fueron como Mejor Serie en el rubro Comedia y Mejor Actor Protagónico, para Jeffrey Tambor. En la serie, Tambor hace de un padre de familia, todo un señorón que en un momento sale del closet... e informa a los suyos que es transexual.

La loable tendencia de la APEH a premiar más las producciones nuevas que las que ya tienen su historia –un modo de diferenciarse de los Emmy, que se entregan con mucha antelación– se confirmó con los galardones otorgados a Fargo (Mejor Miniserie y Mejor Actor Dramático, a Billy Bob Thornton), The Affair (Mejor Serie Darmática y Mejor Actriz Protagónica, a la británica Ruth Wilson) y Jane the Virgin (Mejor Actriz de Comedia, a la descendiente de latinos Gina Rodríguez). Otros premios en el rubro TV fueron para la británica Joanne Froggatt (Mejor Actriz de Reparto por Downtown Abbey), Matt Bomer (Mejor Actor de Reparto, por la miniserie The Normal Heart, que en Argentina se editó en DVD) y Maggie Gyllenhaal (Mejor Actriz en Telefilm o Miniserie, por la por aquí aún inédita The Honorable Woman).

Conducida por segunda y última vez por el dúo cómico integrado por Tina Fey y Amy Poehler –esta vez con menos texto y menos pólvora que el año pasado– en la ceremonia, que dura una hora menos que la de los Oscars (terminó a la una de la mañana del lunes, hora local), se hicieron referencias al demencial atentado del miércoles pasado contra la redacción de la publicación satírica francesa Charlie Hebdo (“Je suis Charlie”, dijo Jared Leto cuando le tocó anunciar una terna) y al ciberatentado presumiblemente cometido (o encargado) por el gobierno de Corea del Norte, en contra de Sony Pictures y a propósito del film The Interview, que satiriza a Kim Jong-un, dictador de ese país. “El gobierno de Corea del Norte dijo de ella que era imperdonable y que debía ser prohibida”, comentó en el monólogo inicial Tina Fey. “Después hubo críticas peores”, remató, en referencia a la recepción que la sátira interpretada por Seth Rogen y James Franco tuvo al momento de su estreno navideño en Estados Unidos.

Como suele suceder en esta clase de megaveentos, la corrección política (y de política sexual) tiñó la ceremonia. Más allá de las referencias a la política internacional (uno de los números cómicos estuvo protagonizado por una “comisaria” a las órdenes de Kim Johng-un), cada una de las ganadoras resaltó cuánto crecieron últimamente los papeles femeninos, tanto en cine como en televisión, y lo fuertes que son las mujeres del show business. Hasta el punto de que –como un premio consuelo que más sonó a gastada– Jane Fonda, que presentó una de las ternas junto a Lili Tomlin, su amigota de toda la vida, les dijo a los hombres, recordando aquella publicidad de los años ’70, “han recorrido un largo camino, muchachos”. Oprah Winfrey lloró ante el speech black-pride que dio el afroamericano John Legend, autor de la canción premiada (por el film Selma, que transcurre durante las luchas por los derechos civiles de los primeros ’60); Jeffrey Tambor dedicó su Globo a las personas transgénero; Jill Soloway, creadora de Transparent, a sus padres, que le permitieron salir del closet; Matt Bomer (que en The Normal Heart hace de periodista en el placard, en la miniserie), a su marido, y Gina Rodríguez a sus padres latinos. La traducción simultánea fue tan horrible que en lugar de “serie” los conductores decían “seria”, y en lugar de “metas”, “goles” (por goals). Un gol en contra para TNT.