El cargo actual de Jorge Mario Bergoglio es demasiado atractivo como para que el cine lo deje de lado. Máxima figura de la Iglesia Católica desde marzo de 2013 y, por ende, líder espiritual de una grey compuesta por más de 1200 millones de fieles, el oriundo de Flores es el centro absoluto ya no de una sino de tres películas. La primera, estrenada en la última edición del Festival Internacional de Mar del Plata, es el documental Francisco de Buenos Aires, de Miguel Rodríguez Arias, que analiza los pormenores y motivos de la elección del otrora arzobispo de Buenos Aires. Las otras dos están en plena producción: Francisco: el padre Jorge tendrá a Darío Grandinetti interpretando al Sumo Pontífice, mientras que la italiana Call Me Francesco se detendrá en los momentos más icónicos de su último medio siglo de vida. Dirigida por Daniele Luchetti y con Rodrigo de la Serna y el chileno Sergio Hernández –conocido aquí por sus trabajos con el realizador Raúl Ruiz– como intérpretes de Bergoglio, esta última arrancó su rodaje a mediados de enero y antenoche tuvo su presentación oficial en un hotel porteño.

Con un presupuesto estimado de 10 millones de euros y un guión escrito a cuatro manos por Luchetti y el argentino Martín Salinas, el film se propone “contar al mundo el recorrido humano y espiritual del hombre que es hoy es el líder espiritual más grande de nuestro tiempo”, según afirmó el presidente de la productora Taodue Films, Alessandro Salem. Con esa idea, entonces, comenzaron hace unos meses una investigación cuyo primer eslabón fue el libro Francisco, el papa de la gente, de Evangelina Himitian. “Fue un texto óptimo, un gran primer encuentro con el mundo de Francisco. Pero después de un largo trabajo de estudio nos dimos cuenta de que no se podía hacer una película basada solamente en un libro, porque él es mucho más grande. Entonces vinimos a Buenos Aires, encontramos a muchos amigos y la película encontró su forma”, recordó el productor Pietro Valsecchi.

¿Cuál es la forma referida por el italiano? ¿Acaso un panegírico católico? “Muchos me preguntan si será una película religiosa y yo les digo que no, que la idea es explicar por qué ese hombre es como es hoy, cuál fue su recorrido, sus dudas, sus errores y sus mayores fortalezas”, definió Luchetti, y explicó: “Siempre le preguntaban a Chéjov si era un escritor político, y él respondía muy seriamente que no era ni religioso ni político, pero que sus obras eran sobre hombres muy involucrados con la política y lo religioso. No creo que las películas tengan que tener una posición determinada, pero sí una empatía con los personajes que se genera a partir del hecho de no tener miedo a mostrarlos haciendo cosas negativas. Creo que nadie, ni siquiera el Papa, quiere que lo representen como una estampita”.

Call Me Francesco recorrerá la vida de Jorge Bergoglio desde 1963 hasta el presente, abarcando así un período de más de medio siglo. Medio siglo que ha sido social y políticamente agitadísimo en estas tierras. Materia prima, entonces, había de sobra. Era necesario recortar. “Para elegir los momentos, buscamos un hilo conductor: la realidad y un hombre inmerso en ella que va teniendo que decidir. Quisimos imaginarnos a él en esa intimidad y ver cómo fue subiendo una escalera hasta llegar al puesto máximo al que puede aspirar alguien de esa creencia”, explicó el realizador.

Ante semejante período temporal, Bergoglio estará interpretado por dos actores. Para la primera etapa del relato, que abarca desde 1963 hasta 1998, el elegido fue Rodrigo de la Serna, mientras que el chileno Sergio Hernández hará lo propio en la segunda, que irá desde fines del siglo pasado hasta la actualidad. “Es cierto que esa es la etapa que menos conocemos de él, pero la investigación fue muy importante. La idea era comprender el recorrido, el arco que tuvo en ese tiempo”, definió el actor argentino, quien volverá a ponerse en la piel de un personaje real después de ser Alberto Granados en Diarios de motocicleta, Claudio Tamburrini en Crónica de una fuga y el mismísimo José de San Martín en Revolución, el Cruce de los Andes. “Me genera muchísimo miedo. Reconozco el riesgo de este proyecto. Es un desafío muy interesante e intenso y estoy muy agradecido con la posibilidad de desarrollarlo. Es una oportunidad única en mi vida, un personaje muy interesante, simple y complejo a la vez. A diferencia de otros trabajos, acá uno puede ir viendo los movimientos de esa persona. La historia de San Martín está escrita; la de Bergoglio se está escribiendo. No es que yo elija este tipo de personajes, sino que me van llegando las propuestas”.

Por su parte, Mercedes Morán será la madre de Plaza de Mayo Esther Balestrino de Careaga, paraguaya y simpatizante comunista asesinada durante la última dictadura militar argentina. “Ella estaba en las antípodas ideológicas de Bergoglio, pero forjaron un vínculo muy importante cuando eran jóvenes. No me ha tocado muchas veces interpretar a un personaje real, pero es un desafío diferente porque hay mucha gente que la conoce. Ella tuvo un comportamiento muy particular, una forma de pensar y sentir a la que uno quiere ser lo más fiel posible. El personaje tiene una dimensión muy humana y muy real, y esto es una posibilidad de tener una nueva mirada de un período muy especial. Para mí, significa conocer en profundidad a una mujer cuya figura desconocía”.